Pegaso

Pegaso (griego: Πηγασος; Fuente/Manantial) era un caballo alado de la mitología griega. Era hermano de Crisaor e hijo de Medusa y Poseidón. Nació del cuello cercenado de Medusa cuando el héroe Perseo le cortó la cabeza. Aunque este héroe estuviera estrechamente relacionado con el origen de Pegaso, nunca llegó a montar en él, y erróneamente se le ha representado así en sus hazañas en diversas obras de arte. Plinio el Viejo mencionó también en su Historia Natural la existencia de unos pegasos etíopes, caballos alados dotados de un cuerno a los que consideraba fabulosos.

Hesíodo dice en la Teogonía que recibió su nombre porque nació junto a los manantiales (griego: pêgê) del Océano:
«Con ella sola (Medusa) se acostó el de Azulada Cabellera en un suave prado, entre primaverales flores. Y cuando Perseo le cercenó la cabeza, de dentro brotó el enorme Crisaor y el caballo Pegaso. A éste le venía el nombre de que nació junto a los manantiales del Océano, y a aquél porque tenía en sus manos una espada de oro».
La Teogonía, Hesíodo.
La figura de Pegaso seguía relacionada con las fuentes tras su nacimiento, ya que fue el creador del manantial Hipocrene, el cual estaba consagrado a las Musas en el monte Helicón. Cuenta Antonino Liberal en sus Metamorfosis que las nueve hijas de Piero, conocidas como las Piérides, libraron contra las Musas una competición de canto. Cuando las mortales cantaban, todo se oscurecía y nadie les prestaba atención, pero cuando lo hicieron las Musas, los astros, el cielo, el mar y los ríos permanecían quietos embelesados, y el propio monte Helicón crecía sin parar por la emoción hasta que Pegaso, enviado por Poseidón, lo detuvo golpeando su cima con sus cascos. De ese golpe en el Helicón se dice que Pegaso hizo brotar la fuente Hipocrene.

Pegaso sobre la fuente Hipocrene en Visita de Minerva a las Musas - Joos de Momper
En las Metamorfosis de Ovidio se vuelve a confirmar el origen de esta fuente, pues cuando Atenea se presentó ante las Musas para contemplarla, éstas se lo afirmaron: «[Atenea] plantó su pie en el monte, y así se dirigió a las doctas hermanas: "Ha llegado a nuestros oídos un rumor sobre una nueva fuente, que abrió el duro casco del corcel alado de Medusa. Tal es la causa de mi viaje: he querido contemplar el milagro. Pues yo misma lo vi nacer de la sangre de su madre". Urania le replica: "Sea cual sea, diosa, la causa de tu visita a estas moradas, es muy confortante para nuestros espíritus. Pero el rumor es cierto; es Pegaso el origen de esta fuente».

Pero este no es el mito más famoso de Pegaso, pues el más destacado es el relacionado con Belerofonte, héroe al que le sirvió de montura y así consiguieron matar a la monstruosa Quimera. A Belerofonte se le encargó esta tarea por culpa de la reina Estenebea. La mujer se enamoró de él, pero como fue rechazada, le dijo a Preto, su esposo, que Belerofonte le había hecho proposiciones infames. Preto le creyó y entregó a Belerofonte una carta para Yóbates, rey de Licia y padre de Estenebea, en la que había escrito que le diese muerte. Yóbates, después de leer la carta, le ordenó matar a la Quimera, esperando que la fiera, que asolaba su región, acabase con él. Belerofonte logró acabar con ella montado en Pegaso, que elevándose por los aires, asaeteó desde allí al monstruo.

Hesíodo dice en su Catálogo de mujeres que Poseidón, padre de Belerofonte, le entregó a Pegaso ya domado y embridado, pero Estrabón recoge en el libro VIII de su Geografía que Belerofonte atrapó a Pegaso cuando bebía de la fuente de Pirene, añadiendo Píndaro en sus Odas Olímpicas que lo logró gracias a una brida dorada que le entregó Atenea. Otra versión, dada en el libro II de la Descripción de Grecia de Pausanias, dice que fue Atenea la que le entregó el caballo ya domado a Belerofonte.

La fama se le subió  la cabeza a Belerofonte, el cual, según la Astronomía de Higino, pretendió ascender a los cielos montado sobre Pegaso. Cuando casi los alcanzó, se aterrorizó al bajar la vista a la tierra y cayó, muriendo por el impacto. Pegaso, en cambio, ascendió a los cielos y Zeus lo puso entre las constelaciones. En las Dionisíacas de Nono de Panóplis se menciona que fue Pegaso el que dejó caer a Belerofonte al sacudírselo de encima a pesar de que ambos fueran hijos de Poseidón. Finalmente, Hesíodo mencionó en su Teogonía que Pegaso ascendió a los cielos y le sirve a Zeus, portando su rayo y sus truenos.

Belerofonte y Pegaso en Myths Every Child Should Know, de Hamilton Wright Mabie - Mary Hamilton Frye

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