Los fomorianos (
irlandés antiguo: Fomoire) eran los habitantes primigenios de
Irlanda, descendientes de
Cam, hijo de
Noé, que fueron malditos por su padre y por eso cuentan con un monstruoso aspecto. Seguramente llegaron a la
isla una vez pasado el
Diluvio universal. En algunos relatos, como en el
Lebor Gabála Érenn son descritos como hombres con un solo brazo y una pierna, pero también se decía que algunos de ellos eran gigantes, deformes o que tenían cabeza de animales, como de cabra, caballo o toro, aunque había algunas excepciones, como
Elatha, al que se le describía como un hombre hermoso, «príncipe de la oscuridad de cabellos dorados», o su hijo
Bres, cuyo nombre significa «hermoso». A esta raza se les consideraba deidades que representaban las fuerzas destructivas de la naturaleza, como el caos, la oscuridad, la muerte, las plagas o las sequías.
Estos seres sobrenaturales tuvieron varios encuentros con las sucesivas tribus que intentaron establecerse en
Irlanda. Al parecer, la primera batalla que libraron fue con
Partolón y sus hombres, los segundos en llegar a la
isla Esmeralda trescientos años después del
Diluvio universal y de la llegada de
Cessair, nieta de
Noé. Aunque
Partolón derrotó a
Cichol, líder de los fomorianos, él y su gente acabaron muriendo debido a una plaga.
Treinta años después llegaron desde
Grecia Nemed y sus hombres, conocidos como nemedios, en busca de un nuevo hogar en el que establecerse. Esta tribu de hombres entablaron batalla en en cuatro ocasiones contra los fomorianos: la batalla de
Ros Fraechain, donde murieron los reyes fomorianos Gann y Sengann; la de
Badbgna en
Connacht; la de
Cnamros en
Leinster y la de
Murbolg en
Dál Riata, en la que el fomoriano Conand mató a Starn, hijo de
Nemed. Pese a sus victorias, nueve años después de su llegada a
Irlanda,
Nemed y trescientos de sus hombres murieron debido a una plaga y los fomorianos, liderados por
Conand y Morc, aprovecharon la ocasión para esclavizar a los nemedios que quedaban, a los que exigían como tributo cada
samhain dos tercios de sus hijos, de su recolecta y de su leche. Los nemedios finalmente se revelaron y atacaron con treinta mil hombres por mar y treinta mil por tierra la torre de
isla Tory en la que vivía
Conand y su progenie. Morc, en venganza, atacó a los nemedios y, durante la batalla, una enorme ola asoló con todos sus barcos salvo uno, en el que consiguieron salvarse treinta hombres que huyeron de
Irlanda para escapar de las plagas y la esclavitud de los fomorianos. Según se cuenta, algunos de ellos se establecieron en
Gran Bretaña y se convirtieron en los ancestros de los britones, otros fueron a las "islas del norte del mundo", los cuales acabaron siendo conocidos como los
Tuatha Dé Danann, mientras que el resto regresaron a
Grecia.
Los nemedios que regresaron a
Grecia acabaron siendo esclavizados y los descendientes de estos fueron conocidos como
Fir Bolg (hombres de los sacos), llamados así por las tareas que les encomendaban de cargar sacos o porque fertilizaron
Irlanda con sacos llenos de tierra que llevaron consigo. Huyendo de la esclavitud que sufrían en
Grecia, volvieron a
Irlanda doscientos años después de la llegada de
Nemed. Durante su estancia no tuvieron enfrentamientos con los fomorianos y establecieron un reinado próspero, pero su tiempo tocaría a su fin con la llegada de los
Tuatha Dé Danann. Éstos eran una raza sobrenatural con conocimientos de ciencia, magia y diversas artes que arribaron en
Irlanda treinta y siete años después que los
Fir Blogs.
La relación entre los
Tuatha Dé Danann y los fomorianos fue bastante mixta ya que, aunque acabaron en guerra, se dieron algunos matrimonios entre las dos razas. Los
Tuatha Dé estaban liderados por
Nuada, su rey, con el que derrotaron a los
Fir Bolg en la
primera batalla de Magh Tuireadh, pero perdió un brazo en el combate y se vio obligado a ceder el trono. El candidato para sucederle fue
Bres, que era mitad fomoriano, para favorecer la relación con esta raza, pero
Bres se volvió tiránico con los
Tuatha Dé y los esclavizó.
Con el paso del tiempo, los
Tuatha le perdieron el respeto a
Bres y
Nuada volvió a instaurarse como rey cuando
Dian Cecht, el dios curandero, le fabricó un brazo hecho totalmente de plata. Ante esta insurrección,
Bres pidió apoyo y un ejercito a
Balor, el rey de los fomorianos. Este rey era famoso entre los de su raza porque contaba con un horrible ojo que abrasaba todo aquello que miraba, por eso siempre lo tenía cubierto con siete vendajes. Este don lo ganó cuando espiaba a los
druidas de su padre mientras preparaban pociones mágicas; el vapor ponzoñoso de estos líquidos se metió en su ojo y lo dotaron de la misma fuerza mortal. Debido a esto, a veces se le consideraba como un cíclope, pero en otros relatos no se especifica esta cualidad y podría interpretarse como que contaba con los dos ojos y sólo uno de ellos tenía dicho poder destructor.
Años antes de esta disputa,
Balor oyó una profecía que le dijo que moriría a manos de su nieto, por eso, para evitar su destino, encerró a su única hija,
Ethniu, en una torre en la
isla de Tory, pero
Cian, el pastor de una vaca mágica que había robado
Balor, se coló en su fortaleza para recuperarla y allí encontró a
Ethniu, con la que tuvo relaciones. De esta unión nació
Lugh, que sobrevivió cuando fue arrojado al mar por
su abuelo y acabó liderando a los
Tuatha Dé Danann.
Durante la
segunda batalla de Magh Tuireadh,
Lugh cumplió la profecía y mató a su abuelo
Balor al lanzarle una piedra o una lanza al ojo. Éste acabó incrustado en su nuca y exterminó a todo el ejercito de fomorianos que tenía a sus espaldas con el rayo mortal que emitía. Los
Tuatha expulsaron al mar al resto de fomorianos que sobrevivieron salvo a
Bres, al que perdonaron a cambio de que revelara los secretos de la prosperidad agrícola que conocía.