Esfinge

La Esfinge (griego: Σφινξ; Estranguladora) era un monstruo alado de la mitología griega que tenía cabeza de mujer y cuerpo de león. En la Tebaida, Estacio describe poéticamente a la Esfinge diciendo que su rostro era horrible y pálido, que tenía los ojos encendidos como brasas, la boca llena de veneno y las alas humedecidas de sangre.

Plinio el Viejo menciona en el libro VIII de su Historia Natural que, a parte de la criatura del mito, existen en Etiopía esfinges de pelo oscuro y con dos mamas en el pecho, refiriéndose posiblemente al avistamiento de chimpancés en África.

Según la Teogonía de Hesíodo, era hija de Ortro y Quimera, y por lo tanto, hermana del león de Nemea; en cambio, Apolodoro la hacía hija de Tifón y Equidna en su Biblioteca mitológica.
«Ésta (Quimera), amancebada con Orto, parió a la funesta Esfinge, ruina para los cadmeos, y al león de Nemea, al que Hera, célebre esposa de Zeus, crió y puso en los montes de Nemea, calamidad para los hombres».
En uno de los escolios de la Biblioteca mitológica se dice que el rey Layo secuestró al joven Crisipo  para tenerlo como amante y se lo llevó hasta Tebas. Como no fue castigado por los tebanos, Hera les envió a la Esfinge. A pesar de esto, en la misma obra se lee más adelante que la Esfinge llegó durante el reinado de Creonte, sucesor de Layo.

Edipo y la Esfinge - François-Émile Ehrmann
Siguiendo con lo escrito en la Biblioteca mitológica, Layo acabó siendo el padre de Edipo, el héroe que derrotó a la Esfinge, junto a Yocasta, pese a que un oráculo le dijo que el próximo hijo que tuviera sería parricida y acabaría con su vida. Edipo fue abandonado en el campo con la esperanza de que muriera a la intemperie, pero fue recogido por unos campesinos que lo llevaron ante Pólibo, rey de Corintio, el cual lo crío como si fuese suyo con su mujer Peribea.

Al crecer Edipo, le llegaron rumores de que no era el auténtico hijo de Pólibo y Peribea, por lo que fue a Delfos a preguntar por sus verdaderos padres. El oráculo le dijo que no regresara a su patria, pues de lo contrario acabaría matando a su padre y yacería con su madre. Al oír esto Edipo, creyendo ser hijo de quienes se decían sus padres, se alejó de Corinto. Cuando atravesaba Fócide con su carro, en un camino estrecho se encontró con Layo, su verdadero padre, que iba también en un carro. Al obstruir ambos el camino, comenzaron a discutir y Edipo acabó matando a Layo, prosiguiendo su camino hacia Tebas. Creonte ocupó su trono y durante su reinado fue cuando Hera envió a la Esfinge.

Ésta había aprendido de las Musas un enigma, y situada en el monte Ficio se lo planteaba a los tebanos. Según el libro IX de la Descripción de Grecia de Pausanias, esta criatura cantaba su enigma, y en Edipo Rey, obra de Sófocles, se le llama «cruel cantora». Su acertijo era éste: «¿qué ser provisto de voz es de cuatro patas, de dos y de tres?». Según un oráculo, los tebanos se librarían de la Esfinge cuando lo resolvieran; por ello a menudo se reunían tratando de hallar la respuesta, y como no la encontraban, la Esfinge los devoraba.

Hemón, el hijo de Creonte, fue el último en morir por culpa de la Esfinge. Fue entonces cuando el rey pregonó que otorgaría el reino y la esposa de Layo a quien descifrase el enigma. Edipo encontró la solución y dijo que éste se refería al hombre, que de niño es cuadrúpedo, pues anda a gatas, en la madurez bípedo y en la vejez usa como tercer sostén el bastón. Entonces la Esfinge se arrojó desde la acrópolis y Edipo obtuvo el reino, casándose con su madre sin reconocerla.

Edipo y la Esfinge - Logan Marshall

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