Mujina es una antiguo término japonés con el que se referían principalmente a los tejones. En algunas regiones esta palabra se usaba para hacer referencia al perro mapache, también conocido como tanuki, o a las civetas introducidas en Japón.
En el folclore japonés, al igual que los kitsune y los tanukis, los mujina se suelen representar como yokais que pueden cambiar su aspecto para engañar a los humanos. Son nombrados en la literatura por primera vez en el Nihonshoki, donde se afirma que «en dos meses de primavera, aparecen los mujina en el país de Mutsu, se transforman en humanos y entonan canciones», dando a entender que en aquella era ya concibieron la idea de que los mujina cambiaban de forma y se disfrazaban de humanos. En la región de Shimōsa se les conoce como kabukiri-kozō (かぶきり小僧), y solían adoptar la forma de un kozō (pequeño monje) vistiendo un extraño y corto kimono y llevando un corte de pelo similar al de los kappas, soliendo aparecer en carreteras y caminos en noches poco transitadas diciendo «bebe agua, bebe té» (水飲め、茶を飲め).
En una historia llamada «Mujina» recogida en el Kwaidan de Lafcadio Hearn se les menciona como fantasmas sin rostro, como el Noppera-bō.
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