De acuerdo varios bestiarios medievales, el caladrio (latín: caladrius) es un ave blanca como la nieve que vive en las casas de los reyes. Supuestamente, este pájaro se negaba a mirar a cualquier enfermo que no fuera a recuperarse completamente, por lo que se usaba para saber si un enfermo moriría o sanaría. Según las indicaciones de la Biblia, este ave era "inmunda" y no apta para el consumo. El caladrio era capaz de absorber la enfermedad de un paciente al mirarlo y luego volaba hasta el sol, donde la enfermedad se quemaba y era destruida.
Este ave era una analogía de Jesucristo, su blancura es la metáfora de que estaba libre de pecado. Ya que los judíos no creyeron en él, Cristo apartó la mirada de ellos y la dirigió a los Gentiles, por quienes cargó la cruz y salvó con su sacrificio.
Para Philippe de Thaon (siglo XII) el Caladrio es el nombre de un pájaro completamente blanco; tiene la forma de una gaviota y según el libro de Deuteronomio este animal no debe comerse. El Physiologus dice que los caladrios se encuentran en las cortes de los reyes, y que si una cosa es cierta es, que si un hombre encuentra su ojos con los del caladrio, su naturaleza es tal, que curará sus ojos con la voluntad divina que posee. Este poder reside en su muslo, donde tiene un gran hueso. Si un ciego se unge los ojos con el tuétano de dicho hueso recuperará de inmediato la visión.
Honorio de Autun afirma que si un enfermo va a sobrevivir, el caladrio gira su cara y lo mira fijamente. Con el pico abierto se bebe, por así decirlo, la enfermedad y vuela hacia el sol, donde exuda el mal. Así Honorio lo describe como una alegoría religiosa, en la que Cristo se sacrificó para purificar nuestros pecados.
El lexicógrafo Suidas narró que la ictericia es una enfermedad que produce palidez y que proviene de la ira, por lo que los ojos de estos enfermos se palidecen o incluso se vuelven negros, como los ojos de los milanos. Los enfermos de ictericia podría curarse con la mirada de otra ave, el caladrio, por eso los vendedores de pájaros los ocultan del público, para que no curen a nadie sin querer antes de que paguen por el animal. Otros, sin embargo, dicen que no es la mirada del caladrio la que cura la ictericia, sino ingerir al animal.
En el Physiologus se le describe como un pájaro de cuello largo, similar al cisne, y de un blanco impoluto. El excremento de su interior era capaz de curar la ceguera (caliginem oculorum). Viven en las cortes de los reyes y predicen si un enfermo vivirá o morirá. Si el paciente va a morir gira su cara y aparta la mirada, si sobrevivirá, lo mira fijamente y absorbe su mal, para luego volar al sol y consumirse. Representa a Cristo aunque forme parte de las aves inmundas que no deben comerse.
Honorio de Autun afirma que si un enfermo va a sobrevivir, el caladrio gira su cara y lo mira fijamente. Con el pico abierto se bebe, por así decirlo, la enfermedad y vuela hacia el sol, donde exuda el mal. Así Honorio lo describe como una alegoría religiosa, en la que Cristo se sacrificó para purificar nuestros pecados.
El lexicógrafo Suidas narró que la ictericia es una enfermedad que produce palidez y que proviene de la ira, por lo que los ojos de estos enfermos se palidecen o incluso se vuelven negros, como los ojos de los milanos. Los enfermos de ictericia podría curarse con la mirada de otra ave, el caladrio, por eso los vendedores de pájaros los ocultan del público, para que no curen a nadie sin querer antes de que paguen por el animal. Otros, sin embargo, dicen que no es la mirada del caladrio la que cura la ictericia, sino ingerir al animal.
En el Physiologus se le describe como un pájaro de cuello largo, similar al cisne, y de un blanco impoluto. El excremento de su interior era capaz de curar la ceguera (caliginem oculorum). Viven en las cortes de los reyes y predicen si un enfermo vivirá o morirá. Si el paciente va a morir gira su cara y aparta la mirada, si sobrevivirá, lo mira fijamente y absorbe su mal, para luego volar al sol y consumirse. Representa a Cristo aunque forme parte de las aves inmundas que no deben comerse.
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