En la mitología japonesa, Namazu (鯰?) es un siluro gigante que habita en el lodo de las profundidades, bajo las islas de Japón, y cada vez que se mueve produce terremotos; el kami Kashima es el guardián de esta criatura y lo mantiene inmovilizado con una gran roca sagrada llamada kaname-ishi; cuando Kashima se descuidaba, este pez gigantesco se revolvía y causaba los terremotos.
Las primeras referencias históricas acerca de la conexión de Namazu y los violentos terremotos proviene de una carta de Toyotomi Hideyoshi, quien unificó Japón a finales del siglo XVI. En los últimos años de su vida construyó un castillo en el distrito de Fushimi en Kioto y lo quiso proteger contra los terremotos; especificando medidas de seguridad contra los movimientos de Namazu. También en un verso del poema Edo Sangin de Matsuo Bashō, publicado en 1678, se hace conexión de los terremotos con los movimientos de Namazu.
Hacia mediados del siglo XIX, se refuerza esa hipótesis; tras el terremoto que arrasó Edo (actual Tokio) en 1855, se publicaron entre 200 y 300 dibujos xilográficos (ukiyo-e) llamados namazu-e. Algunos fueron vendidos como pergaminos para proteger a su propietario de futuras desgracias, y en otros casos alabando a la criatura al crear terremotos para cambiar el mundo de manera positiva, siendo adorado como un yonaoshi daimyōjin (deidad de la rectificación del mundo).
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