El ziz (hebreo: זיז), también conocido como Renanim (el cantante celestial), Sekwi (el vidente) o hijo del nido, es un pájaro gigante de la mitología judía, tan grande que puede bloquear el sol con sus alas.
En la Biblia sólo se hace un par de menciones pasajeras sobre este ave, en Salmos 50:11: «Todas las aves del monte conozco y el Zīz śāday me pertenece» y en Salmos 80:13-14: «El jabalí salvaje del bosque la destrozó, y el Zīz śāday se alimentó de ella». Aunque su aparición se ha perdido al traducirse del hebreo (וְזִ֥יז שָׂ֝דַ֗י).
En los textos judíos Aggadah se dice del Ziz:
Así como el leviatán es el rey de los peces, el Ziz es el designado para mandar sobre los pájaros. Su carne tiene variedad de sabores. El Ziz es tan monstruoso en tamaño como el mismo Leviatán. Cuando está posado en la tierra su cabeza toca el cielo.
Una vez unos viajeros que iban en barco se percataron de la presencia de un pájaro. Estaba de pie en el mar y el agua apenas cubría sus pies, mientras su cabeza rozaba contra el cielo. Los espectadores pensado que el agua no era muy profunda se prepararon para tomar un baño allí. Una voz celestial les advirtió al momento: "No bajéis aquí. Una vez el hacha de un carpintero resbaló de su mano en este lugar y le tomó siete años tocar el fondo". Los viajeros vieron entonces que el pájaro no era otro que el Ziz. Sus alas son tan enormes que desplegadas oscurecen el sol. Protege la tierra de las tormentas del sur; sin su ayuda la tierra no sería capaz de resistir los vientos que soplan desde allí. Una vez el Ziz puso un huevo y cayó al suelo desde tan alto que se rompió. El fluido de dicho huevo inundó sesenta ciudades y al caer aplastó trescientos cedros. Por suerte dicho accidente no ocurre con frecuencia, por lo general el Ziz deja sus huevos con delicadeza sobre el nido, y sólo desechó descuidadamente ese huevo porque estaba podrido.
El Ziz también es conocido como Renanin, porque es el cantante celestial. Debido a su relación con las regiones celestiales también se le llama Sekwi, el vidente, y, además, se le llama "hijo del nido", ya que sus crías salen del cascarón sin que la madre empolle el huevo. Al igual que el Leviatán, el Ziz será uno de los manjares que se servirá a los piadosos en el fin de los tiempos, para compensarles por la prohibición que sobre ellos pesaba de consumir "alimentos impuros".
Venominon |
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