Las Trías (griego antiguo: Θριαί; «adivinación mediante guijarros») eran tres ninfas proféticas de la mitología griega. Vivían en el monte Parnaso y eran consideradas deidades menores dedicadas al arte de la adivinación mediante guijarros y de las profecías dadas por las aves. Eran representadas como ninfas con cabeza de mujer y cuerpo de abeja.
En el Himno homérico IV dedicado a Hermes, Apolo dice haber tenido como maestras de la adivinación a estas tres deidades y se las entrega como tutoras a Hermes para que también aprendiese el don de la profecía. Como se puede leer a continuación, se les debía entregar miel como ofrenda para que dieran correctamente y de buena gana sus oráculos:
«Te diré otra cosa, hijo de la gloriosísima Maya y de Zeus egidífero, raudo demon de los dioses. Hay unas venerables muchachas, hermanas de nacimiento, que se ufanan de sus raudas alas. Son tres y, con la cabeza cubierta de blanco polen, habitan su morada al pie de la garganta del Parnaso. Son maestras, por su cuenta, de una adivinación a la que, aún de niño, me dedicaba con mis vacas. Mi padre no se preocupaba de ello. Desde allí luego, volando de una parte a otra, se nutren de los panales y dan cumplimiento a todas las cosas. Cuando, nutridas de rubia miel, entran en trance, consienten de buen grado en profetizar la verdad. Pero si se ven privadas del dulce manjar de los dioses, mienten entonces intentando guiar por caminos descarriados. En adelante te las concedo. Y tú, interrogándolas sinceramente, regocija tu mente. Y si conocieras a algún varón mortal, a menudo podría oír tu profética voz, si tiene esa suerte».
Una de las Trías ilustrada en The mythical creatures Bible - Brenda Rosen |
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