Adlet

Los Adlet (o Erqigdlet) son una raza de criaturas de la mitología inuit de Groenlandia. Aunque la palabra se refiere a las tribus americanas nativas del interior, también se puede referir a una tribu cuyos miembros tienen patas similares a la de perros o lobos y cuerpos humanos. Todos los adlet pueden correr rápidamente, y por lo general sus encuentros con  los hombres terminan en batalla, en las que siempre sale el hombre como vencedor.

En la tradición Inuit a menudo se los representan en conflicto con los humanos, siendo éstos más altos que los inuit y que cualquier hombre blanco. En algunas historias los describen como caníbales. Los Inuit del Labrador utilizan el término Adlet, las tribus del oeste de la Bahía de Hudson usan la palabra Erqigdlit. 

Franz Boas, un etnólogo que registró muchas historias de los Inuit, da cuenta del origen de la Adlet, había escuchado la historia en la Tierra de Baffin, concretamente en Cumberland Sound, de un Inuit llamado Pakaq. Su transcripción, una traducción de H. Rink, y una explicación (por Boas) fueron publicadas en The Journal of American Folklore en 1889. Los inuit de Groenlandia, según Rink, cuentan la misma historia que los de la Tierra de Baffin. La historia recibe a menudo el nombre de "La chica y los perros", en la costa occidental de Groenlandia, en la costa este de Groenlandia, es conocido como "El origen de Qavdlunait y Irqigdlit" (es decir, de los europeos y los indios).

Según la leyenda, una mujer llamada Niviarsiang ("la chica"), vivía con su padre, Savirqong, y decidió no casarse nunca, por lo que recibió el nombre Uinigumissuitung ("la que no tendría un marido"). Después de rechazar a todos sus pretendientes, se casó con un perro, Ijirqang, con manchas blancas y rojas. De sus diez hijos, cinco fueron perros y los otros, Adlets, con la mitad inferior de su cuerpo de perro y la superior de hombre. Cuando Ijirqang no iba de caza y los niños estaban muy hambrientos, le correspondía a Savirqong mantener su ruidoso hogar. Harto de la situación, los puso en un bote y se los llevó a una pequeña isla, diciéndole a Ijirqang que fuera para proveerles de carne todos los días. Niviarsiang colgó un par de botas alrededor del cuello de Ijirqang para transportar la carne y él nadó hacia la orilla, pero Savirqong, en lugar de darle carne, le puso piedras en las botas y se ahogó. En venganza, Niviarsiang envió a  los pequeños perros para roer los pies y manos de su padre. Como venganza tiró de una patada a su hija cuando estaba en su bote. Cuando intentó agarrarse a la borda le cortó los dedos, que, cuando cayeron al océano, se convirtieron en las ballenas y las focas.

Inhabit Media

No hay comentarios:

Publicar un comentario