El buraq (árabe: البراق, literalmente: rayo, estallido, blancura cegadora) es de la tradición islámica. Criatura de los cielos que cargó a Mahoma de la Tierra al Cielo y regresó durando el Isra y Miraj (viaje nocturno), el cual es uno de los capítulos del Corán.
Dentro de la tradición Islámica, el buraq suele ser descrito como "un animal blanco y grande, más largo que un burro pero menor a una mula, que puede poner su pezuña a una distancia igual a la que alcanza la vista.” En la literatura y arte del oeste, el buraq es pintado a menudo como una bestia con cara de mujer o también como una criatura híbrida parte águila y parte caballo, posiblemente inspirada en las leyendas del Pegaso griego y el Shedu babilónico.
El viaje al séptimo cielo:
Mahoma, siendo profeta, estaba en la casa de su primo, haciendo su quinta oración y después de eso se fue a la mezquita Mas jid Al-Haram. Mientras tanto, el ángel Gabriel se presentó ante él.
Antes que nada, le abrió el pecho y le sacó el corazón y lo limpió con agua bendita. Después de eso, Gabriel le devolvió su corazón sin ninguna herida, después el buraq llegó para que Mahoma lo montara. En compañía de Gabriel, viajó a la «más lejana mezquita» más rápido que la luz. Cuando llegaron, Mahoma entró con Gabriel y atendieron a la oración de Tahiyyatul Masjid.
Luego ellos ascendieron al primer cielo y al siguiente y a los demás, hasta el séptimo, ahí Gabriel dejó a Mahoma para continuar hasta Sidratul Muntaha para conocer a Dios. Él estaba muy cerca de Dios sin embargo no vio su cara. Dios mostró a Mahoma unas terribles escenas del infierno y el dolor. Mahoma bajó a la Tierra y desde ahí fue un predicador de Dios.
Y-Ikehara |
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