Su origen proviene de uno de los cuatro símbolos de las constelaciones chinas. Los chinos llaman a Seiryū, el dragón azur o dragón azur del este. Además de representar al este, los chinos lo relacionan con la estación de la primavera. No se le debe confundir con el dragón amarillo que está asociado al emperador de China.
En Japón, el dragón azur es uno de los cuatro espíritus guardianes de las ciudades y se dice que protege la ciudad de Kyoto sobre el este. El oeste es protegido por Byakko, el norte por Genbu y el sur por Suzaku.
En Kyoto hay templos dedicados a cada uno de los espíritus guardianes. El templo de Kiyomizu representa al dragón azur. Antes de entrar al templo hay una estatua del dragón, la cual se dice que hay que beber a medianoche desde la fuente que hay dentro del complejo del templo. Luego se reúnen en ceremonia para adorar al dragón del este.
En 1983, la tumba de Kitora fue hallada en la aldea de Asuka. Los cuatro guardianes fueron pintados en las paredes en sus correspondientes direcciones junto a un sistema de constelaciones en el techo. Éste es uno de los únicos grabados de los cuatro guardianes.
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