Quimera (griego: Χίμαιρα; chivo/cabrita) era un monstruo de la mitología griega que escupía fuego y contaba con tres cabezas: una de león al frente, una de cabra brotando de su lomo y una serpiente o dragón por cola. Hija de Tifón y Equidna, vagaba por las regiones de Licia, en Asia Menor, atemorizando a las gentes y devorando su ganado. Por lo general, se le considera una criatura femenina a pesar de la melena de su cabeza, una característica típica de los leones machos, llegando a aparecer en algunas representaciones con mamas.
Al estar formada por diferentes animales, el nombre de quimera pasó a designar a cualquier fantasía irreal, y por tanto, aspiraciones imposibles y creencias vacías. Por otro lado, en biología, se utiliza el término "quimerismo" para referirse a dos cigotos que en cierto punto de su desarrollo se unieron en uno solo y el resultado es un ser vivo con dos ADN diferentes.
Homero dio una de las primeras descripciones de la Quimera en la Ilíada, mencionando además a su criador Amisodaro. La descripción que dio en su obra era bastante vaga y puede dar a entender que la Quimera simplemente tenía cabeza de león, cuerpo de cabra y cola de serpiente. Hesíodo, por su parte, nombra su genealogía y a Belerofonte, héroe que le dio muerte, además de dotarle esta vez con tres cabezas en su descripción:
Siguiendo con lo relatado por Apolodoro, Belerofonte acabó matando a Quimera por culpa de la reina Estenebea. La mujer se enamoró de él, pero como fue rechazada, le dijo a Preto, su esposo, que Belerofonte le había hecho proposiciones infames. Preto le creyó y entregó a Belerofonte una carta para Yóbates, rey de Licia y padre de Estenebea, en la que había escrito que le diese muerte. Yóbates, después de leer la carta, le ordenó matar a la Quimera, esperando que la fiera, que asolaba su región, acabase con él. Belerofonte logró acabar con ella montado en Pegaso, que elevándose por los aires, asaeteó desde allí a la Quimera. En un escolio de la Ilíada de Homero se añade que fue rematada al atravesarla con una lanza con la punta recubierta de plomo, metal que se fundió al contacto con el fuego que respiraba el monstruo.
Muchas obras, entre ellas las Etimologías de Isidoro de Sevilla, el Libro de los seres imaginarios de Jorge Luis Borges o La mitología contada para niños de Cecilia Böhl, recogen una explicación para la existencia de este animal fabuloso basándose en Quimera o Quimerífera (Chimerifera), una montaña de Licia que Plinio el Viejo nombró en el libro V de su Historia Natural. Dicha montaña estaba coronada por un volcán, en su cima vagaban leones, por la falda pastaban cabras y en su pie se criaban serpientes. Los poetas unieron estos elementos y de ahí surgió la idea de la Quimera. Plutarco añadió una teoría más en el tomo III de su Moralia: Quimera pudo ser un pirata llamado Quimarro cuya nave tenía decorada la proa con una cabeza de león y la popa con una serpiente, o bien una montaña orientada hacia el sol que producía fuertes destellos en verano, y que por su refracción se secaban los frutos de la llanura de Licia.
Al estar formada por diferentes animales, el nombre de quimera pasó a designar a cualquier fantasía irreal, y por tanto, aspiraciones imposibles y creencias vacías. Por otro lado, en biología, se utiliza el término "quimerismo" para referirse a dos cigotos que en cierto punto de su desarrollo se unieron en uno solo y el resultado es un ser vivo con dos ADN diferentes.
Quimera en La mitología contada a los niños e historia de los grandes hombres de la Grecia, de Cecilia Böhl. |
«Era ésta de raza divina, no humana: por delante león, por detrás serpiente, y en medio cabra, y exhalaba la terrible furia de una ardiente llama. [...] Doblegados así ambos por los dos hermanos, descendieron juntos al Érebo los valerosos camaradas de Sarpedón, los lanceadores hijos de Amisodaro, que a la Quimera tormentosa había criado para desgracia de numerosos hombres».
«Ella (Equidna) parió a la terrible, enorme, ágil y violenta Quimera, que exhala indómito fuego. Tres eran sus cabezas: una de león de encendidos ojos, otra de cabra y la tercera de serpiente, de violento dragón. [León por delante, dragón por detrás y cabra en medio, resoplaba una terrible y ardiente llama de fuego]. La mataron Pegaso y el valiente Belerofonte. Ésta, amancebada con Orto, parió a la funesta Esfinge, ruina para los cadmeos, y al león de Nemea, al que Hera, célebre esposa de Zeus, crió y puso en los montes de Nemea, calamidad para los hombres».Aunque Hesíodo relató que Quimera fue la madre de la Esfinge y del león de Nemea junto a su hermano Orto, Apolodoro hace a todos estos monstruos hermanos, hijos de Tifón y Equidna, en su Biblioteca mitológica.
Siguiendo con lo relatado por Apolodoro, Belerofonte acabó matando a Quimera por culpa de la reina Estenebea. La mujer se enamoró de él, pero como fue rechazada, le dijo a Preto, su esposo, que Belerofonte le había hecho proposiciones infames. Preto le creyó y entregó a Belerofonte una carta para Yóbates, rey de Licia y padre de Estenebea, en la que había escrito que le diese muerte. Yóbates, después de leer la carta, le ordenó matar a la Quimera, esperando que la fiera, que asolaba su región, acabase con él. Belerofonte logró acabar con ella montado en Pegaso, que elevándose por los aires, asaeteó desde allí a la Quimera. En un escolio de la Ilíada de Homero se añade que fue rematada al atravesarla con una lanza con la punta recubierta de plomo, metal que se fundió al contacto con el fuego que respiraba el monstruo.
Muchas obras, entre ellas las Etimologías de Isidoro de Sevilla, el Libro de los seres imaginarios de Jorge Luis Borges o La mitología contada para niños de Cecilia Böhl, recogen una explicación para la existencia de este animal fabuloso basándose en Quimera o Quimerífera (Chimerifera), una montaña de Licia que Plinio el Viejo nombró en el libro V de su Historia Natural. Dicha montaña estaba coronada por un volcán, en su cima vagaban leones, por la falda pastaban cabras y en su pie se criaban serpientes. Los poetas unieron estos elementos y de ahí surgió la idea de la Quimera. Plutarco añadió una teoría más en el tomo III de su Moralia: Quimera pudo ser un pirata llamado Quimarro cuya nave tenía decorada la proa con una cabeza de león y la popa con una serpiente, o bien una montaña orientada hacia el sol que producía fuertes destellos en verano, y que por su refracción se secaban los frutos de la llanura de Licia.
Concept-art de la Quimera para el videojuego Dragon's Dogma |
No hay comentarios:
Publicar un comentario