Los jötnar (transliterado: jotunn o jotun, plural jötnar; /ˈjoʊtən/, /ˈjoʊtʊn/, o /ˈjɔːtʊn/; Islandés: [ˈjœːtʏn]; del nórdico antiguo jǫtunn /ˈjɔtunː/; también denominados gigantes) son una raza sobrenatural de la mitología nórdica. En el folclore escandinavo, en Noruega, los jötnar pasaron a ser otra raza de humanoides gigantescos, los trols. Su fortaleza es conocida como Utgard, y está situada en Jötunheimr, uno de los nueve reinos de la cosmología nórdica, separado de Midgard, el mundo de los hombres, por altas montañas y densos bosques. Por lo general tienen prohibida la entrada a Asgard, el reino de los dioses Æsir, pero eso no quiere decir que no se relacionen entre ellos, ya que aparte de guerras también hubo matrimonios entre dioses y jötnar.
El primer ser vivo que se formó en el vacío conocido como Ginnungagap fue un gigante de monumental tamaño llamado Ymir. Este gigante nació cuando las nieblas heladas de eitr de Niflheimr se encontraron con las chispas de Múspellsheimr en el vacío de Ginnungagap. En el Gylfaginning de Snorri Sturluson se narra el nacimiento de Yimir:
«Al igual que de Niflheim surgía el frío y todas las cosas sombrías, toda región cercana a Muspell ardía y refulgía. Pero el Ginnungagap era tan leve como un cielo sin brisa, y cuando la escarcha y las chispas ardientes se encontraron, el hielo se fundió y fluyó, y por el poder de aquel que envía el calor (el Destino o un Dios Supremo), estas gotas cobraron vida y tomaron la forma de un hombre. Su nombre era Ymir, pero los gigantes del hielo le llaman Aurgelmir».
Cuando se durmió, empezó a sudar: de su axila izquierda nacieron dos jötnar, hombre y mujer, y uno de sus pies engendró con el otro un hijo de seis cabezas. Supuestamente, estos tres seres dieron nacimiento a la raza de hrímþursar (los gigantes de la escarcha o gigantes de hielo), quienes poblaron Niflheim. Por esto a Ymir también se le conoce como viejo gigante del hielo (Rimthurs).
En cambio, los dioses descienden de Buri, un hombre liberado de la escarcha por la vaca Audumbla. Cuando el gigante Ymir fue posteriormente asesinado por Odín, Vili y Vé (nietos de Buri), su sangre, el agua, inundó Niflheim y mató a todos los jötnar, excepto al que es conocido como Bergelmir y a su esposa, que repoblaron su raza. En Vafþrúðnismál se describe cómo la tríada de dioses emplearon el cadáver de Ymir para crear el mundo: «De su carne formaron la tierra; de sus huesos las montañas… Con la sangre que manaba de sus heridas hicieron el basto océano… Entonces tomaron su cráneo y formaron la bóveda celeste».
Ymir, la vaca Auðumbla y Búri - Nicolai Abildgaard |
Por lo general se le atribuye a los jötnar una apariencia monstruosa, como garras, colmillos y deformidades, aparte de un tamaño colosal, el gigante Grendel, del poema épico Beowulf, es un ejemplo. Algunos de ellos pueden tener varias cabezas, como Þrívaldi, que tenía nueve, o una forma totalmente no-humanoide; como Jörmundgander y Fenrir, dos de los hijos de Loki. Muchas de sus mujeres eran consideradas brujas o hechiceras, y se ubicaba su morada en Járnviðr, el Bosque de hierro. Allí vivía Angrboða, amante de Loki, donde criaba a los jötnar con aspecto de lobo: su hijo Fenrir y sus descendientes, Sköll y Hati. Pese a esto, muchos jötnar son descritos como seres hermosos, como Skaði, a la que llaman «la brillante novia de los dioses». Aparte de su apariencia, algunos jötnar no contaban con el descomunal tamaño de su raza, y no había mucha diferencia de estatura entre ellos y los Æsir o los Vanir.
Algunos jotun destacaban por su sabiduría, el mismo Odín fue en busca de los gigantes Mímir y Vafþrúðnir para obtener información y conocimiento sobre Fimbulvinter, el terrible invierno que precedería al Ragnarök, el fin del mundo. En Vafþrúðnismál, Odín pidió consejo a su esposa Frigg, preguntándole si sería sabio buscar la morada de Vafþrúðnir, a lo que ella respondió que era el jotun más poderoso que jamás haya visto.
Angrboða con Hela, Jörmundgander y Fenrir - Los hijos de Loki |
Así se muestra la compleja relación entre los gigantes y los dioses. No estaban en perpetua batalla, pues los dioses llegaban a buscar consejo entre los gigantes, descendían o se unían en matrimonio con ellos. Así, el padre de Odín, Bor, un Æsir, se unió con Bestla, una jotun; Loki desciende de los gigantes Fárbauti y Laufey, considerada a veces como una Æsir; Njord se casó con Skaði como recompensa por el asesinato de su padre, Þjazi. En Skírnismál se narra cómo Gerðr llegó a ser la consorte de Frey; Odín ganó el amor de Gunnlod, e incluso Thor, el gran asesino de su raza, ama a Járnsaxa, madre de Magni. Además pueden aparecer como dioses menores, como Ægir, el dios del mar enfurecido, que estaba mucho más unido a los dioses que a los de su raza.
Pero tras estas uniones hubo muchas enemistades: en el principio de los tiempos, Odín, Vili y Ve mataron a Ymir; Odín traicionó a Gunnlod para robarle su hidromiel; los Æsir engañaron y mataron al gigante que construía sus murallas para no entregarle a Freya, el Sol y la Luna como pago; Útgarða-Loki engañó con sus ilusiones a Thor, Þjálfi y Loki para que perdieran en varias competiciones; etc.
Los jötnar llegaban a tener tal influencia en el mundo que podrían ser considerados como dioses de la naturaleza: del cuerpo de Ymir se creó el mundo; Hræsvelgr, un jotunn con aspecto de águila, creaba los vientos con su aleteo; Jörð, la madre de Thor, representa la tierra fértil y salvaje; Thor contempló como creció el cauce de un río por la orina de la gigante Gjálp; Ægir y su consorte Rán son la personificación del mar enfurecido. En el folclore se creía que el mal tiempo y las formaciones de tierra eran obra de los gigantes, que podían mover montañas e islas, creaban lagos y arrancaban árboles. También se creía que el viento que destruía los edificios que estaban a medio construir era causado por los gigantes que soplaban. Se decía que la niebla era el humo procedente de las pipas de los gigantes, y Loki, cuando se retorcía de dolor en su encierro, producía terremotos.
También existía una clase de jötnar que habitaba en Múspellsheimr, los Múspellsmegir (hijos de Muspell) o eldjötnar. Estos gigantes del reino de fuego estaban gobernados por el jötunn Surtr (el Negro). Ellos traerían destrucción durante el Ragnarök, cuando los jötnar de Jotunheim y las fuerzas de Hel luchen contra los dioses y lo arrasen todo.
Fafner y Fassolt arrastrando a Freya - Arthur Rackham
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Surt - John Charles Dollman
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