El kraken es una criatura marina de la mitología escandinava y finlandesa descrita comúnmente como un tipo de pulpo o calamar gigante que, emergiendo de las profundidades, atacaba barcos y devoraba a los marinos. La leyenda puede realmente haberse originado de avistamientos de calamares gigantes reales que estimadamente tendrían de 13 a 15 metros de largo, incluyendo los tentáculos.
Aunque el nombre kraken nunca aparece en las sagas noruegas, hay monstruos marinos similares, el hafgufa y lyngbakr, ambos descritos en la saga Örvar-Oddr y en los textos noruegos de 1250, Konungs skuggsjá. Carolus Linnaeus incluyó al kraken como cefalópodo con el nombre científico de Microcosmus en la primera edición de su Systema Naturae (1735), una clasificación taxonómica de organismos vivos, pero excluyó al animal en ediciones posteriores. El Kraken también es extensivamente descrito por Erik Pontoppidan, obispo de Bergen, en su Historia Natural de Noruega (Copenhagen, 1752–3).
Cuentos antiguos, incluyendo los de Pontoppidan, describen al kraken como un animal "del tamaño de una isla flotante" (se decía que el dorso de un Kraken adulto tenía una longitud de 2,4 kilómetros6 ), cuyo verdadero peligro para los marineros no es la criatura misma, sino el remolino que crea después de sumergirse rápidamente en el océano. Sin embargo, Pontoppidan también describe el potencial destructivo de la gran bestia: "Se dice que si se aferra al mayor buque de guerra, podría tirar de él hasta el fondo del océano" (Sjögren, 1980). El Kraken fue siempre distinto de las serpientes marinas, también comunes en la tradición escandinava (Jörmungandr por ejemplo).
Según Pontoppidan, los pescadores noruegos a menudo corrían el riesgo de atrapar a los peces sobre el Nos cuenta Pontoppidan que los pescadores noruegos arriesgaban su vida para conseguir una buena pesca, pues sabían que cuando ésta había sido excelente se debía a la proximidad del kraken Lo que nunca deseaban jamás era pescar el extraño pez denominado Gigantopólipos resplandecientes, porque esto significaba que el fin de su vida estaba próximo.
Según esta leyenda, los mencionados pólipos habitan por toda la eternidad sobre el lomo del Kraken, de manera que con su luminosidad crean una especie de falso cielo, un refugio celestial al que acuden alucinadas todas las criaturas abismales hacia su perdición, hartas de vagabundear eternamente por la oscuridad del abismo, pues esta trampa sirve para que el kraken se alimente. Así, pues, todo pescador que interrumpa este proceso caerá en desgracia. Pontoppidan también alegó que el monstruo a veces es confundido con una isla, y que en algunos mapas se incluyen islas que sólo a veces eran visibles e indicaban un Kraken, lo que nos recuerda a la ballena de SanBrandán, Barandano, Borondon... Pontoppidan también asegura que un joven espécimen de un monstruo fue hallado muerto en tierra en Alstahaug (Bengt Sjögren, 1980). La apariencia de cefalópodo, concretamente de calamar gigante, se elaboró a fines del siglo XVIII. En las primeras descripciones, sin embargo, las criaturas eran más similares a cangrejos parecidos a pulpos y, en general, poseen rasgos que se asocian con las grandes ballenas en lugar de con los calamares gigantes. Algunos rasgos del kraken se asemejan a las actividades volcánicas submarinas que ocurren en la región de Islandia, incluida el agua burbujeante, las corrientes peligrosas y la aparición de nuevos islotes.
Desde fines del siglo XVIII, el Kraken se ha representado en varias formas, principalmente como grandes criaturas similares a pulpos, y a menudo se ha afirmado que el Kraken de Pontoppidan podría haberse basado en observaciones de marineros de calamares gigantes. En las primeras descripciones, sin embargo, las criaturas eran más similares a cangrejos parecidos a pulpos y, en general, poseen rasgos que se asocian con las grandes ballenas en lugar de con los calamares gigantes. Algunos rasgos del kraken se asemejan a las actividades volcánicas submarinas que ocurren en la región de Islandia, incluida el agua burbujeante, las corrientes peligrosas y la aparición de nuevos islotes.
La descripción de Tennyson aparentemente influyó en Julio Verne que imaginó al famoso calamar gigante en Veinte mil leguas de viaje submarino en 1870. Verne también hace numerosas referencias al Kraken y al obispo Pontoppidan en la novela.
Hoy en día se han encontrado varias pruebas de existencia de calamares gigantes en las profundidades del mar, de aproximadamente 15 a 20 metros. Según la cultura popular sabemos más de Marte que de lo que hay en el fondo del mar. Bernard Heuvelmans, un zoólogo, piensa que el mundo está lleno de criaturas aún no descubiertas.
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