Ráksasa

Un ráksasa es un ser demoníaco de la mitología hindú y que más tarde se incorporó al budismo. También son conocidos como devoradores de hombres (Nri-chakshas, Kravyads). Los ráksasa femeninos se denominan ráksasi, y cuando éstas adoptan forma humana se llaman Manushia-Ráksasi. 

Los ráksasa fueron creados a partir de la respiración de Brahmá cuando dormía al final de la Satya Yuga. Tan pronto como fueron creados padecieron tal sed de sangre que comenzaron a comerse al mismísimo Brahma. Éste gritó «Rakshama!» (protegedme en sánscrito), por lo que Visnú fue en su ayuda, desterrando a la Tierra todos los ráksasas. De ese grito de auxilio proviene el nombre de estos demonios. Otras fuentes acreditan a Kashiapa el origen de los ráksasa

Sus orígenes literarios se pueden remontar a las fuentes védicas, en el Himno 87 de la décima mandala del Rig Veda. Aquí se clasifican entre los Yatudhanas, criaturas demoníacas que se alimentan de carne humana. 

En las obras épicas Ramayana y Mahabharata, los ráksasa eran una numerosa raza, descritos comúnmente como enormes y horribles criaturas de aspecto feroz, dotados de garras y con dos colmillos sobresaliendo de sus bocas. Rugen como bestias y algunos de los más feroces eran representados con llamas rojas en los ojos y el pelo, bebiendo sangre usando las manos o un cráneo humano como vaso. Había ráksasas tanto buenos como malos, guerreros que lucharon junto a los ejércitos del bien y del mal. Algunos, al ser devoradores de hombres, entraban en júbilo con la masacre de los campos de batalla. Generalmente podían volar, desaparecer, y usar ilusiones y poderes mágicos (Maya), pudiendo cambiar de tamaño a voluntad y asumir la forma de cualquier criatura.

En el Ramayana, un ejercito de ráksasas, bajos las órdenes de Ravana, se enfrentó al ejercito de los Vánara (monos), liderado por Rama y Sugriva en la batalla de Lanka. El sabio Markandeia relata la historia de cómo Ravana secuestró la esposa de Rama, Sita, y se la llevó a su bastión, la isla Lanka, y cómo Rama, ayudado por el rey mono Sugriva y su ejército de monos, sitió Lanka, mató a Ravana y rescató a Sita.


Entre los ráksasa más famosos estaba Rávana, el rey de los suyos, el cual tenía diez cabezas. Vibhishana, el hermano menor de Ravana, era una excepción entre los ráksasa, pues contaba con buen corazón, era hermoso, piadoso y asiduo en sus prácticas religiosas. Cuando Brahma se apareció ante él para concederle un deseo sólo pidió no desviarse nunca de la senda de la rectitud y ser un iluminado del conocimiento divino (Libro III, Vana Parva: Sección 273.) Vibheeshana se unió a Rama y ayudó a su ejército de monos a cruzar el océano hasta llegar a Lanka (artículo 281). También volvió visibles a un grupo de ráksasas invisibles que se infiltró en el campamento de los monos, que acabó destruido por el ejercito de Rama (Sección 283). Después de la victoria final de Rama, el leal Vibhishana se convirtió en rey de Lanka (Sección 289).

Kumbhakarna era otro hermano de Ravana. Un temible guerrero y maestro de la ilusión, que por una maldición durmió durante la mayor parte de la batalla de Lanka. Cuando consiguieron despertarlo se enfrentó a Sugriva, y fue derribado por Rama y su hermano Lakshmana utilizando flechas y un Brahmastra secreto (Ramayana, Libro III: Vana Parva, Sección 285).

El héroe Bhīma Pándava fue el némesis de los ráksasas que se comían a los viajeros y que aterrorizaban los asentamientos humanos. El ráksasa Bakasura aterrorizaba a las aldeas cercanas a su morada exigiéndoles regularmente víveres. Los Pándavas llegaron a vivir en esa área y se alojaron en casa de un bráhmana local, cuya familia fue elegida como alimento para Bakasura. Mientras el bráhmana decidía con su familia cuál de ellos sería el sacrificio, el violento Bhīma se ofreció voluntario a entregarse a Bakasura. Bhima fue al bosque con un carro lleno de comida. Allí esperó al monstruo y se comió todo el alimento del carro. Cuando el monstruo se presentó y vio el insulto de Bhima, lo atacó. Tras una lucha feroz, Bhima le rompió la columna al ráksasa. Los pobladores estaban asombrados y agradecidos con los Pándavas, y los ráksasas de la zona pidieron misericordia. Bhima aceptó no matarlos a todos si abandonaban para siempre el canibalismo. Los ráksasas aceptaron la propuesta y pronto adquirieron la reputación de convivir pacíficamente con los seres humanos.

Kumbhakarna - SMITE

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