Dorotabo

Los dorotabō (泥田坊 o どろたぼ; dorotabō; monje del fangoso campo de arroz), en el folclore japonés, son los fantasmas de los ancianos que en vida trabajaron duramente en sus campos de arroz y ahora ven sus terrenos descuidados y llenos de residuos por la negligencia de sus nuevos dueños. Aparecen como figuras humanas con un solo ojo y tres dedos alzándose de entre el barro por la noche. Se dice que los cinco dedos de la mano humana representan tres vicios y dos virtudes: la ira, la codicia, la ignorancia, la sabiduría y la compasión. Los dorotabō aparecen sólo con los tres dedos que representan los vicios, ya que son espíritus vengativos y llenos de ira, encolerizados por los vicios que avergüenzan todo el trabajo de su vida.

Estas almas en pena deambulan por los campos de maleza, gritando con una voz triste: «¡devuélveme mi campo de arroz!». Embrujan sus campos noche tras noche, impidiendo el sueño o provocando sentimientos de malestar a los nuevos habitantes de sus tierras. Continuarán embrujando sus tierras hasta que los dueños dejen sus hábitos de despilfarro o se dan por vencidos y huyen, vendiendo el terreno a alguien que cuide mejor de la tierra.

La mayor parte de las tierras de Japón están situadas en cadenas montañosas inhóspitas donde la agricultura no es posible, por lo que la tierra que es utilizable para la agricultura s es extremadamente valiosa. Las familias pueden ahorrar durante un tiempo de su vida sólo para comprar una pequeña parcela de cultivo con la esperanza de dejarla a sus hijos en herencia. Por supuesto, los hijos no siempre siguen los deseos de sus padres, y que un hijo pródigo abandone los campos de su padre a favor de vicios como el juego y la bebida suele causar el origen de este espíritu.

Gegege no Kitarou - Shigeru Mizuki

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