El Hombre de arena, Arenero o Sandman es un personaje del folclore del norte de Europa que trae buenos sueños a la gente esparciendo arena mágica sobre sus ojos mientras duermen. Es un personaje popular en muchas historias para niños. Se dice que espolvorea arena o polvo en los ojos de los niños para dormirlos y traerles buenos sueños. Las legañas que aparecen en los ojos al despertar son resultado del trabajo del Hombre de arena por la noche.
La historia Ole Lukøje de Hans Christian Andersen introduce al Hombre de arena, llamado Ole Lukøje, relatando los sueños que le daba a un joven chiquillo durante una semana con su arena mágica. Ole es su nombre danés y "Lukøje" significa "cierra ojos". Andersen escribió lo siguiente:
«No hay nadie en el mundo que conozca tantas historias como Ole Cierraojos, o que pueda relatarlas tan bien. Por la noche, mientras los niños están sentados en la mesa o en sus pequeñas sillas, sube por las escaleras muy suavemente, porque anda con calcetines, abre las puertas sin el más mínimo ruido, y deja caer una poquita arena muy fina en sus ojos, sólo la suficiente para evitar que los mantengan abiertos y así no le vean. Entonces se desliza tras ellos y les sopla gentilmente en el cuello, hasta que sus cabezas empiezan a desplomarse. Pero Ole Cierraojos no quiere que se hagan daño, pues es muy considerado con los niños y sólo quiere que estén en silencio para poder contarles hermosas historias, pero nunca están lo suficientemente tranquilos hasta que están en la cama durmiendo. Tan pronto como se duermen, Ole Cierraojos se sienta sobre la cama. Va muy bien vestido; su abrigo está hecho de fina seda, es imposible decir de qué color, porque cambia de verde a rojo, y de rojo a azul, según gire a un lado u otro. Debajo de cada brazo lleva un paraguas, uno de ellos, con imágenes en el interior, que abre sobre los niños buenos, y así sueñan con las más bellas historias toda la noche. Pero el otro paraguas no tiene imágenes, y lo sostiene sobre los niños traviesos para que duerman pesadamente y despierten por la mañana sin haber soñado nada».E.T.A. Hoffmann (1776-1822) escribió una representación tergiversada del adorable personaje en una historia llamada Der Sandmann, que mostró cómo de siniestro podía ser dicho personaje. De acuerdo con la enfermera del protagonista, arrojaba arena en los ojos de los niños que no iban a dormir, como resultado de esto se les caían los ojos y el Hombre de Arena los recogía, para luego llevarlos a su nido de hierro en la Luna y alimentar a sus hijos con ellos. El protagonista de la historia crece asociando esta criatura de pesadilla con la figura verdaderamente siniestra del socio de su padre, Coppelius. En el folklore rumano hay un personaje similar, Mos Ene (Ene el Viejo).
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