Empusa

Empusa (griego: Εμπουσα; La que se mueve con una pierna) eran un espíritu o deidad femenina vinculada con la diosa Hécate. Con el tiempo se pluralizó, convirtiéndose en espíritus o demonios asustaniños al igual que las lamias y las mormolicias.

En Los mitos griegos de Robert Graves son descritas como hijas de Hécate, tienen ancas de asno y calzan cascos o sandalias de latón, aunque algunos declaran que tienen una pata de asno y la otra de latón. Aterrorizan a los viajeros, pero pueden ser espantadas mediante insultos, tal y como se ve en La vida de Apolonio de Tiana, de Filostrato: «Caminaban efectivamente bajo una luna brillante y se les presentó la aparición de una empusa que se vuelve ya una cosa, ya otra, y que desaparece. Apolonio advirtió lo que era, así que se puso a insultar a la empusa él mismo y encargo a los que iban con él que hicieran lo mismo, pues este es el remedio contra tal irrupción. La aparición se dio a la fuga chillando como los fantasmas». Más adelante, Filostrato vuelve a usar el término «empusa» cuando Apolonio se topó con otro espíritu que rondaba al filósofo Menipo, pero esta vez lo empleaba como sinónimo de lamia: «Y para que sepáis lo que quiero decir, la buena novia es una de las empusas, a las que la gente considera lamias o mormolicias. Esas pueden amar, y aman los placeres sexuales, pero sobre todo la carne humana, y seducen con los placeres sexuales a quienes desean devorar».

Las empusas tienen el pelo flamígero y la capacidad de cambiar de forma, pudiendo aparecerse como buey, asno, perro o una hermosa doncella, y en esta última forma yacen con hombres por la noche o a la hora de la siesta, succionando sus fuerzas vitales hasta dejarlos sin vida. Esta habilidad de transformación es descrita en la comedia de Aristófanes, Las Ranas. En dicha obra, Dioniso, en su viaje al inframundo, se encuentra con una de estas, a la que muestra bastante miedo. Quizás, en tono humorístico, Aristófanes añade que una de sus patas es de «boñiga»:
Jantias: —Y, por Zeus, que veo una bestia enorme.
Dioniso: —¿Cómo es?
Jantias: —Horrible. Y toma toda clase de formas. Antes era un buey, hace un momento, un mulo, y ahora es una mujer guapísima.
Dioniso: —¿Dónde está? Voy hacia ella.
Jantias: —Ya no es una mujer, ahora es un perro.
Dioniso: —Evidentemente es Empusa.
Jantias: —Por lo menos, todo su rostro resplandece de fuego.
Dioniso: —¿Y tiene una pata de bronce?
Jantias: —Sí, por Posidón, y la otra de boñiga de vaca, entérate.
La Suda, una gran enciclopedia bizantina, nos da la siguiente descripción de las empusas:
«Un espectro demoníaco enviado por Hécate y que se aparece a los enfermos terminales. Al parecer puede cambiar en muchas formas, tal y como indica Aristófanes en Las ranas. Es llamada empusa por el hecho de que sólo mueve una pierna, pues la otra es de bronce. O porque suele aparecerse en lugares oscuros a los iniciados. También es llamada Oinopole, pero otros dicen que es porque cambia de forma. También aparece a la luz del día, cuando ofrecen sacrificios a los muertos. Algunos dicen que es la misma Hécate. Otro nombre que se le da es Onokole, porque tiene una pata de asno, la cual llaman boñiga, porque está hecha de boñigas de asno».
Fuera de los textos clásicos, en la obra de Goethe, Fausto, encontramos a una empusa junto a un grupo de lamias intentado seducir mediante ilusiones y con cómicos resultados al demonio Mefistófeles cuando éste y Fausto visitaban un aquelarre en la antigua Grecia. En la obra, las lamias detienen a Mefistófeles con intención de enamorarlo, presentándose ante él en penumbras, por lo que las considera bellas y decide hablar con ellas. La empusa se presenta ante él presumiendo de que tiene una pata de asno, al igual que Mefistófeles, por ser demonio, tiene una de caballo, pero es expulsada por las lamias, acusándola de ser bella tan solo por embrujos, pero al acercarse desaparece su belleza y amabilidad.

YukiRyuXIII 

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