Gwragedd Annwn

Las gwragedd Annwn (galés: esposas del inframundo; singular: gwraig annwn) son damas subacuáticas pertenecientes al pueblo de los Tylwyth Teg o Plant Annwn, las hadas y elfos galeses. Estas hermosas doncellas, también conocidas como damas del lago, eran espíritus femeninos benevolentes que solían tomar a los humanos como esposos. En British Goblins: Welsh Folklore, Fairy Mythology, Legends and Traditions se menciona que son las encargadas de comunicar el mundo humano con Annwn, el inframundo donde gobierna Gwyn ap Nudd, rey de las hadas, a través de los lagos donde habitaban.

La historia más conocida sobre las gwragedd Annwn es la de la dama de Llyn y Fan Fach, un pequeño y hermoso lago junto a las Montañas Negras. Según esta leyenda del siglo XII, una viuda que llevaba una granja en Blaensawde, junto a Mydfai, solía enviar a su hijo a pastorear su ganado junto a la orilla del Llyn y Fan Fach. Un día, mientras almorzaba, vio a la chica más hermosa que había visto nunca sentada en una barca de oro, peinando los rizos de su larga y dorada cabellera y utilizando el reflejo de las aguas como espejo. Al instante se enamoró de ella y le ofreció de su pan para que se acercara a tierra. Ella lo miró amablemente, pero le dijo que su pan estaba demasiado horneado y desapareció en el lago. Al llegar a casa le contó la historia a su madre y ésta, para ayudarle, le dio un trozo de masa sin cocer para llevarselo al día siguiente, pero la dama del lago le dijo que estaba demasiado blando y desapareció de nuevo. Así, la madre acabó dándole un trozo de pan ligeramente horneado que por fin agradó al hada. Al pasar la prueba emergieron tres figuras del lago: un anciano de noble porte junto a dos de sus hermosas hijas a cada lado. El anciano le dijo al joven que le permitiría casarse con su hija si era capaz de distinguirla de su hermana. Ambas eran idénticas como dos gotas de agua y sólo pudo reconocer a su amada cuando ésta agitó levemente su pie mostrando el distinguido lazo de su calzado. Como dote, el padre de la gwraig annwn le otorgó un rebaño compuesto por tantas reses mágicas como pudiera contar en un suspiro, pero la dama contó un gran número de animales. Finalmente, advirtió al muchacho que debía tratarla con amabilidad y que si llegaba a golpearla tres veces sin razón alguna la perdería a ella y a la dote.

Su matrimonio fue muy feliz y tuvieron tres hermosos hijos, pero el hada mostraba comportamientos extraños debido a su naturaleza feérica: durante un bautizo se puso a llorar amargamente; cuando le preguntó su marido, ella le dijo que estaba entristecida porque el niño entraba en un mundo lleno de pecado y dolor, por lo que su marido la empujó levemente para reprochar su conducta. Tras un tiempo, acudieron al funeral de aquel niño y la gwraig se puso a reír y cantar porque el bebé había escapado de la miseria que le esperaba y ahora sería feliz para siempre; de nuevo, el marido la apartó de él de un empujón. Al poco fueron invitados a una boda en la que se casaba una bella joven con un viejo decrepito y la gwraig volvió a llorar porque aquella unión era debida a la codicia y no por el amor. Por tercera vez, su marido la apartó de ella, y aunque no la había golpeado, sus leves empujones rompieron el pacto de su matrimonio. El hada le abandonó llevándose su ganado mágico. Eso sí, no se olvidó de sus hijos, a los que enseñó secretos de medicina que les convirtieron en los médicos más famosos de Mydfai. Otras versiones de esta leyenda cuentan que los tres golpes se los dio de manera juguetona con un guante en la espalda para meterle prisa a la hora de partir a un festival. Aunque fueron totalmente indoloros y carentes de malicia, bastaron para romper la promesa que le hizo a la gwraig de no golpearla.

En Hadas, obra de Alan Lee y Brian Froud, se menciona que antaño, todas las mañanas del día de Año Nuevo, podía verse una puerta abierta en una roca próxima a un lago de Gales. Los que se atrevían a entrar llegaban a un pasadizo secreto que les conducia a una pequeña isla situada en el medio del lago. Allí se encontraban en un primoroso jardin habitado por las gwragedd Annwn, que festejaban a sus huéspedes colmándolos de todo género de frutos y flores y deleitándolos con una preciosa musica. Las hadas revelaban a sus visistantes asombrosos secretos y les invitaban a permanecer allí todo el tiempo que deseasen. Ahora bien, les advertian de que la isla era un secreto y de que nada podia sacarse de ella. Por desgracia, uno de los visitantes de aquel mágico jardín se guardó una de las flores que le ofrecieron pensando que le daría suerte, pero al instante en el que tocó de nuevo la tierra de los mortales, la flor desapareció y él cayó al suelo insconsciente. A los demás huéspedes de la isla encantada los despidieron con su habitual cortesía, pero desde aquel día la puerta de ese hermoso jardín se cerró para siempre.

Es de creencia popular que una gran ciudad yace bajo el lago Crumlyn, cerca del pueblo de Briton Ferry. Las gwragedd Annwn hicieron de esta ciudad sumergida su hogar y algunos dicen que han visto torres, castillos y almenaras bajo las oscuras aguas, llegando a escuchar el repicar de campanas de estas torres. En British Goblins: Welsh Folklore, Fairy Mythology, Legends and Traditions se cuenta que San Patricio fue a visitar a San David de Gales para charlar sobre teología, pero los galeses, que estaban furiosos con San Patricio por haber abandonado Gales para irse a Irlanda, comenzaron a insultarle en galés. Tal ofensa no quedó sin castigo, pues San Patricio convirtió a los pueblerinos en peces, pero algunas de sus mujeres acabaron convertidas en estas hadas subacuáticas.

Gwraig Annwn ilustrada en Hadas, de Alan Lee y Brian Froud

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