El nozuchi, noduchi o notsuchi (japonés: 野槌; mazo salvaje), es un yokai muy antiguo del folklore japonés. Aparece en el Kojiki como uno de los kami nacidos de Izanagi e Izanami, siendo la diosa de las praderas o Kaye-no-hime (japonés: princesa de la hierba). Toriyama Sekien dijo en su Konjaku Gazu Zoku Hyakki que era el espíritu de la hierba y de los árboles, donde lo ilustró como una especie de serpiente o gusano cubierto de pelo sin ojos ni nariz devorando un conejo entre la maleza.
Shigeru Mizuki recogió información sobre él en su Enciclopedia yokai, donde añade que vive en las oquedades de los árboles que crecen en el interior de las montañas. Medía 15 cm de ancho y 90 cm de largo, teniendo casi el mismo grosor desde la cabeza a la cola. Según Mizuki, es frecuente que aparezca en las montañas de Yoshino, en la actual prefectura de Nara, y suele morder las piernas de la gente con su enorme boca. Para librarse de él basta con subir a un lugar elevado o trepar a un árbol, ya que, aunque es capaz de bajar cuestas a gran velocidad, no se le da tan bien las subidas. Como su cuerpo parece el mango de un mazo también se le llama tsuchi-hebi (japonés: serpiente mazo). Matthew Meyer agrega en El desfile nocturno de los cien demonios que la mordedura de esta criatura es muy peligrosa, ya que se infectan con facilidad y producen rápidamente fiebre y la muerte. También pueden adoptar la forma de un sacerdote, pero carecería de cualquier rasgo facial; lo único que tendría sería una enorme boca en la cima de su cabeza.
Shigeru Mizuki recogió información sobre él en su Enciclopedia yokai, donde añade que vive en las oquedades de los árboles que crecen en el interior de las montañas. Medía 15 cm de ancho y 90 cm de largo, teniendo casi el mismo grosor desde la cabeza a la cola. Según Mizuki, es frecuente que aparezca en las montañas de Yoshino, en la actual prefectura de Nara, y suele morder las piernas de la gente con su enorme boca. Para librarse de él basta con subir a un lugar elevado o trepar a un árbol, ya que, aunque es capaz de bajar cuestas a gran velocidad, no se le da tan bien las subidas. Como su cuerpo parece el mango de un mazo también se le llama tsuchi-hebi (japonés: serpiente mazo). Matthew Meyer agrega en El desfile nocturno de los cien demonios que la mordedura de esta criatura es muy peligrosa, ya que se infectan con facilidad y producen rápidamente fiebre y la muerte. También pueden adoptar la forma de un sacerdote, pero carecería de cualquier rasgo facial; lo único que tendría sería una enorme boca en la cima de su cabeza.
Ilustración de Shigeru Mizuki |
No hay comentarios:
Publicar un comentario