Jesús Callejo Cabo es un investigador y escritor español, licenciado en Derecho por la Universidad de Valladolid. Como folklorista oriundo de la provincia de León, habló sobre las leyendas que había alrededor del basilisco en su propia tierra en su Bestiario mágico.
Bestiario mágico
En la provincia de León es muy distinta la leyenda sobre su origen. Por esas latitudes se cree que se forma de un cabello de mujer arrancado de raíz por el peine o también de la crin de un caballo que cae al agua de las fuentes o de los arroyos. Del bulbo del cabello se forma la cabeza del basilisco y del resto se forma el cuerpo y la cola, como así se recoge en los pueblos de Gordón, Rosales y Valdevimbre (similar se cuenta de las «serps catalanas»). Por eso era frecuente que las mujeres de antaño, cuando se peinaban, hicieran con sus cabellos desprendidos un manojo que quemaban para evitar que se pudiese formar cualquier tipo de monstruo no deseado.
En otra zona leonas, en el Valle de Gordo, se afirma que nace de un huevo de gallo incubado en el estiércol. En realidad, dicen que del huevo del gallo nace una especie de lagarto, aunque a este se le atribuyen las mismas propiedades del basilisco (matar con la simple mirada) y aseguran que ese huevo maligno puede aparecer cuando menos se piensa entre el resto de los huevos que ponen las gallinas, pero se diferencia, como ya hemos dicho, en que es mucho más pequeño y de una tonalidad distinta. El folclorista César Román, al referirse a los basiliscos de Rosales (Las Omañas), los describe como una especie de serpientes producidas por el cabello desprendido de una mujer. Una vez desarrollado, se comporta como cualquier otro de su calaña, matando con la mirada. Para eliminarlo había que hacerlo antes de que saliera del huevo o inmediatamente después golpeándolo con una rama de avellano.
 |
| Basilisco ilustrado por Friedrich Johann Justin Bertuch |
No hay comentarios:
Publicar un comentario