Gigantes españoles

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Cataluña

Encantats

Los Encantados son un par de montañas situadas sobre el lago de Sant Maurici. Una leyenda dice que dichas montañas fueron en su día un par de gigantes que quedaron convertidos en piedra como castigo por salir a cazar en Jueves santo.

Fort Farell

Farell el Fuerte es el gigante más popular de la mitología catalana. Nació en Caldas de Montbui y era tan grande que usaba un pino a modo de bastón; por esto también se le llamaba Gegant del Pi (catalán: gigante del pino) y se le atribuye el origen de la canción del mismo nombre.

Este gigante era capaz de cultivar de cuatro golpes de azada la tierra que le costaría labrar en una semana a cien hombres. Cuando tenía sed, se colocaba sobre el río Congost, con un pie sobre cada orilla, y echaba tragos tan grandes que a veces hasta lo secaba. Un día, cuando estaba labrando un campo con un par de bueyes, pasó un soldado que le preguntó cuál era el camino para ir a Barcelona. El Farell, que en aquellos momentos estaba sujetando el arado, para señalarle el camino, levantó el arado con bueyes incluidos.

Fort Farell encontró la muerte cuando regresaba de Barcelona tras luchar con el Gegant negre de la Ciutat. Al llegar a Collserola, que por aquella época era un llano, se le hizo de noche y se tumbó para dormir, pero arreció tanto el frío que murió congelado y quedó petrificado, convirtiéndose así en el sistema montañoso del lugar. Debido a esto también se le conoce como el Gegant de Collserola.

Gegant Aneto

En Graus se habla de un cíclope gigante llamado Aneto. Su leyenda es idéntica a la del Tártalo vasco: un pastor que fue atrapado por el gigante acabó cegándolo clavándole un palo en el único ojo que tenía, pero antes de irse, se llevó un anillo mágico. Al ponérselo, el anillo le obligaba a cantar y su voz guiaba al gigante que lo perseguía. Visto lo visto, se vio obligado a cortarse el dedo y arrojarlo al río, tras el cual se lanzó el gigante que murió ahogado.

Gegant de neu

En la tradición popular de las zonas de montaña, concretamente en el Ripollès y en la Cerdanya, se habla de un gigante hecho de nieve. Hay diversas variaciones de esta leyenda, pero la más común habla de matrimonio muy viejo y sin hijos que sufrió un invierno muy duro en el que nevó durante siete días seguidos. Como la nieve se acumulaba en el tejado, tuvieron que subir para retirarla y la anciana aprovechó para hacer un muñeco al que vistió con ropas de niña. La metió en casa y la sentó junto a la chimenea, pero en lugar de deshacerse, la niña de nieve tomó vida. El matrimonio vio a la niña de nieve como a la hija que nunca pudieron tener, pero la alegría duró poco, porque en cuanto subió la temperatura y mejoró el tiempo, la niña se derritió.

Al año siguiente hicieron lo mismo, pero en este caso hicieron un chico que ayudaba al viejo a realizar sus labores mientras durase la nieve. Durante varios años continuaron haciéndolo y les iba muy bien, pero un año decidieron hacer un gigante de nieve que pudiera hacer el trabajo de todo el año en unos pocos días. Cuando estuvo vivo, el gigante de nieve se quitó los ropajes porque le apretaban demasiado y, como tenía tanta hambre, se comió todos los víveres que tenían los viejos para pasar el invierno. Finalmente, como en la casa tampoco cabía, abandonó al matrimonio y huyó a las montañas. Ahora vive donde hay nieve todo el año y sólo baja al llano cuando nieva. Vive completamente solo y se esconde durante las estaciones cálidas, pero tan pronto caen los primeros copos, sale y corre por todos los lugares nevados.

Gegant de Rocallaura

Gigante ciclópeo cuya leyenda es idéntica a la del Gegant de la Quera. También es conocido como gegant del Dalmau, pagesia a la que pertenecía el pastor protagonista de la historia.

Gegant de Sant Aniol

En la Garrotxa, al pie del Bassegoda, se encuentra la entrada de una de las cuevas de Sant Aniol que llega hasta Toulouse y que, en determinadas ocasiones, la han utilizado ejércitos enteros para pasar de Cataluña a Francia y viceversa. Dicha cueva está guardada por un temible gigante armado con una gran hacha. Cuando alguien quiere pasar sin su permiso, lo mata en el acto de un hachazo. Se dice que ha matado a tanta gente que el montón de huesos hacinados impide el paso por la cueva. Al parecer, este gigante no sale a la superficie, ni siquiera para buscar comida, porque se alimenta de la cara de sus víctimas.

Gegant de Vilalleons

Gigante conocido por la plana de Vic y que tiene su hogar en una cueva de Vilalleons.

Gegant de la Quera

Gigante cuya leyenda es idéntica a la de Polifemo y el Gegant del Moianès, pero en lugar de un grupo de pastores, sólo queda atrapado uno, que aprovechó que el gigante estaba borracho para cegarlo y huir entre su rebaño cubierto con la piel de una oveja.

Gegant del Moianès

También conocido como Gegant de Sant Miquel del Fai. Su leyenda idéntica a la del cíclope Polifemo de la mitología griega. Al parecer, unos caminantes se adentraron en los bosques de Moianès y se les hizo de noche. Para cobijarse, se metieron en una cueva que desgraciadamente estaba habitaba por un cíclope y su rebaño de ovejas gigantes. Tras comerse a uno de los caminantes, el resto lo cegó mientras dormía con una brasa de la hoguera. Al día siguiente, el cíclope debía sacar a su rebaño para pastar, así que para que no escaparan los humanos iba palpando cada oveja diciendo: «Passa tu que lana portes». Los viajeros se colgaron del vientre de las ovejas y así pudieron huir. Al parecer la cueva de este gigante era una de las cuevas de Sant Miquel del Fai.

Gegant Esmé

Es un gigante de la zona del Montseny del que se conoce poco, salvo que era tan grande que podía apoyar un pie en les Agudes y otro en el Turó de l'Home para otear el horizonte. Se le conoce también como Pare Esmé.

Gegant negre de la Ciutat

Según la leyenda, cuando Cristobal Colón regresó de las Américas, se trajo consigo tres indios negros, uno de los cuales era de tamaño gigantesco. El rey Fernando el Católico quedó impresionado con este ejemplar, por lo que las gentes de Barcelona le dijeron que no muy lejos vivía Fort Farell, que era tan grande como el indio.

El rey mandó llamarle y Farell fue caminando con su pino, pero llegó antes que los jinetes que habían ido a buscarle. Al pasar por los portales, los guardias querían hacerle pagar el tributo para entrar leña en la ciudad y él argumentaba que sólo se trataba de su bastón. Finalmente, harto de tanta discusión, lanzó el árbol por encima de las murallas y así lo entró sin pagar nada.

Cuando ambos gigantes se encontraron, Fernando el Católico propuso que peleasen a ver cuál era el más fuerte, aunque antes les invitó a un banquete donde los dos comieron a raudales. El negro, que se tenía por ganador, le decía a Farell: «Come, come, Farellàs, que nunca más volverás»; mientras que Farell se atiborraba sin hacerle caso. Cuando estuvieron hartos, se dispusieron a luchar. El negro, que atacó primero, intentó ganar a Farell a golpes y arañazos que ni siquiera le hacían cosquillas. Cuando le tocó el turno a Farell, cogió el negro por una oreja y dijo: «Apartaos, gentes de América, que allí donde caerá, todo lo aplastará». Tras hacerlo girar unas cuantas veces, lo lanzó con tanta furia que le devolvió a América.

Gegant Papàs

Es un gigante enorme que a veces es considerado de género masculino y otras femenino. Vive en la Cerdanya y es conocido en Orús y en Bellver. También se le tiene por un asustaniños.

Gegant Puigmal

Una leyenda del valle de Ribes dice que el Puigmal es un gigante, dueño y señor de esas montañas. Va vestido de nieve y es el protector de árboles y animales. Un día que un cazador perseguía un rebeco, siguiendo su rastro, alcanzó la cima más alta. Allí se encontró con el gigante Puigmal, que le increpó que intentara cazar a una de sus criaturas. El cazador argumentó que debía alimentar a su familia, así que Puigmal ordeñó a una cierva, recogiendo la leche con las manos y la restregó por su traje de nieve hasta que se convirtió en queso. Le dijo que mientras no se lo acabara del todo, el queso volvería a crecer y él y su familia podrían alimentarse toda la vida. El cazador hizo caso a Puigmal durante un tiempo y pudo vivir del queso mágico, pero un día volvió a cazar y mató a un ciervo. El viejo Puigmal, al encontrar de nuevo al cazador en plena faena, le castigó lanzándolo por un barranco.

Gegant Trucafort

Es un enorme gigante, más alto que una montaña, que vive en una cueva del mismo nombre, cerca de Castellar de n'Hug. Tiene una barba tan larga que se la pisa cuando camina, dando unos gritos de dolor tan grandes que hacen temblar las montañas y se sienten a más de siete horas de viaje. Este gigante se pasea con una enorme piedra sobre la cabeza, como si fuera un sombrero, y lleva otra diez veces mayor al hombro, la cual deja caer encima de los niños malos que encuentra en su camino.

Gegants gops

Son una raza de gigantes que sólo se alimenta de carne humana, por esto mantienen siempre guerras sangrientas con todo el mundo, para poder comerse a los enemigos que caen prisioneros. No curan a sus compañeros que han sido heridos, sino que se los comen también. Las mujeres son muy feas, tienen el pelo grueso y rasposo, tan largo que se lo pisan al caminar, mientras que los hombres tienen una barba tan espesa y frondosa que les llega hasta los tobillos.

Gegants Regira-rocs

Raza de gigantes que vivía cerca de Montserrat y que se dedicaba al cultivo de los campos. Un año que la cosecha fue muy mala, decidieron robar a los vecinos y caminantes aprovechándose de su tamaño y fuerza. Como castigo a su mala conducta, tanto ellos como toda la comida que habían robado fueron encantados y convertidos en montones de piedra. Todavía se les puede ver convertidos en roca en la zona de Les Agulles, bajo las cuevas de Alpens.

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