El alicanto es un pájaro nocturno perteneciente al folklore chileno. Recogió Julio Vicuña Cifuentes en su Mitos y supersticiones de la tradición oral chilena que este ave se alimenta de metales preciosos, en concreto de oro y plata. Dependiendo de su alimentación, sus alas despedirían un brillo áureo o plateado.
Este pájaro no puede volar, no porque tenga alguna imperfección en las alas o porque las tenga atrofiadas, sino porque su buche pesa demasiado por la dieta que sigue. Cuando no ha comido, puede correr muy veloz, pero una vez se ha alimentado se mueve con pesadez.
En Talagante se dice que los buscadores de minerales preciosos se ven muy afortunados si se encuentran con un alicanto, ya que si lo siguen, les guiaría hasta un tesoro oculto. Sin embargo, para seguirle deben adoptar muchas precauciones, pues si el pájaro lo advierte, apaga la luz de sus alas y se escabulle en la oscuridad. También se dice que cuando nota que van tras él, toma otro camino y guía a sus perseguidores hacia algún precipicio. Según la tradición de Santiago, la hembra de alicanto pone únicamente dos huevos, y la cáscara de éstos sería de oro o de plata según la alimentación que siguiera la madre.
Este pájaro no puede volar, no porque tenga alguna imperfección en las alas o porque las tenga atrofiadas, sino porque su buche pesa demasiado por la dieta que sigue. Cuando no ha comido, puede correr muy veloz, pero una vez se ha alimentado se mueve con pesadez.
En Talagante se dice que los buscadores de minerales preciosos se ven muy afortunados si se encuentran con un alicanto, ya que si lo siguen, les guiaría hasta un tesoro oculto. Sin embargo, para seguirle deben adoptar muchas precauciones, pues si el pájaro lo advierte, apaga la luz de sus alas y se escabulle en la oscuridad. También se dice que cuando nota que van tras él, toma otro camino y guía a sus perseguidores hacia algún precipicio. Según la tradición de Santiago, la hembra de alicanto pone únicamente dos huevos, y la cáscara de éstos sería de oro o de plata según la alimentación que siguiera la madre.
Escena del corto de animación Cuenta la leyenda: el alicanto |
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