La figura del nix, un espíritu acuático que atrae a los humanos al agua para ahogarlos, se puede encontrar en prácticamente todos los países europeos con orígenes germánicos. También se le conoce como neck o nicker; en inglés antiguo es nicor; nykr en nórdico; nikker o nekker en neerlandés; nøkke en danés; en la escritura bokmål noruega es nøkk, mientras que en la nynorsk es nykk; en sueco se le llama näck o näcken; en finés es näkki y en estonio es näkk. Tanto en las Islas Feroe como en Islandia se llama a esta criatura nykur, donde es común que aparezca con aspecto de caballo, actuando de manera similar al kelpie escocés.
Nix es el término que se utiliza en Alemania para hablar de los hombres de esta raza, mientras que sus mujeres son conocidas como nixe o nixie. Según el tomo II de The mythology of all race, los nixen adoptan el aspecto de jóvenes apuestos para atraer a sus víctimas, aunque, como cambiaformas, siempre mantienen algún elemento no humano en su aspecto, como pies de caballo u orejas partidas. A veces también se les describe con cola de pez, cubiertos con algas o con los dientes verdes.
En algunas ocasiones toman por esposas a mujeres mortales y se dedican a devorar a los hijos que tienen con ellas. Según se cree en Suecia, estos seres intentaban colarse en las camas de las mujeres adoptando la forma de sus maridos. Si la mujer no se percataba de las patas de caballo y le permitía acostarse con ella, acababa volviéndose loca. Como tantos seres feéricos, tambien secuestran bebés humanos y dejan a cambio uno de sus hijos. En el folklore escandinavo el mito de estas criaturas se mezcla con el del fossegrim, por lo que se les atribuye el don de tocar melodiosamente el violín o el arpa. Utilizaban sus canciones para atraer a sus víctimas, aunque también podían enseñar sus habilidades a cambio de una cabra negra u otro sacrificio.
Las nixie, como otros espíritus acuáticos femeninos, tienen el aspecto de hermosas mujeres que se sientan junto a sus arroyos para peinarse al sol. Cuando se alejan del agua para interaccionar con humanos van vestidas de manera hogareña, aunque se les puede identificar porque siempre llevan el borde de sus faldas o el delantal mojados. En uno de los cuentos de los hermanos Grimm, una nixie le ofrece ayuda a un granjero que ha caído en desgracia a cambio de lo que primero naciera en su hogar. Pensando que se trataría de un cachorro o un pollo, accedió a ello, pero al llegar a casa le anunciaron que su mujer acababa de dar a luz. El niño creció bajo la atenta mirada de su padre, que siempre le advertía de que si se acercaba al estanque de la nixie, una mano saldría del agua y se lo llevaría, pero como ésta no apareció para reclamar a su hijo, con el paso del tiempo se volvió menos estricto. El chaval llegó a la madurez y se casó con una buena mujer, pero una tarde que estaba de caza, olvidando las advertencias de su padre, se metió en el estanque para lavarse. Fue entonces cuando la nixie lo envolvió con sus brazos y se lo llevó con ella. Por suerte, y gracias a los consejos de una sabia anciana, la esposa de nuestro protagonista pudo rescatarlo entregando tres objetos de oro en el estanque.
Nøkken - Theodor Kittelsen |
En algunas ocasiones toman por esposas a mujeres mortales y se dedican a devorar a los hijos que tienen con ellas. Según se cree en Suecia, estos seres intentaban colarse en las camas de las mujeres adoptando la forma de sus maridos. Si la mujer no se percataba de las patas de caballo y le permitía acostarse con ella, acababa volviéndose loca. Como tantos seres feéricos, tambien secuestran bebés humanos y dejan a cambio uno de sus hijos. En el folklore escandinavo el mito de estas criaturas se mezcla con el del fossegrim, por lo que se les atribuye el don de tocar melodiosamente el violín o el arpa. Utilizaban sus canciones para atraer a sus víctimas, aunque también podían enseñar sus habilidades a cambio de una cabra negra u otro sacrificio.
Las nixie, como otros espíritus acuáticos femeninos, tienen el aspecto de hermosas mujeres que se sientan junto a sus arroyos para peinarse al sol. Cuando se alejan del agua para interaccionar con humanos van vestidas de manera hogareña, aunque se les puede identificar porque siempre llevan el borde de sus faldas o el delantal mojados. En uno de los cuentos de los hermanos Grimm, una nixie le ofrece ayuda a un granjero que ha caído en desgracia a cambio de lo que primero naciera en su hogar. Pensando que se trataría de un cachorro o un pollo, accedió a ello, pero al llegar a casa le anunciaron que su mujer acababa de dar a luz. El niño creció bajo la atenta mirada de su padre, que siempre le advertía de que si se acercaba al estanque de la nixie, una mano saldría del agua y se lo llevaría, pero como ésta no apareció para reclamar a su hijo, con el paso del tiempo se volvió menos estricto. El chaval llegó a la madurez y se casó con una buena mujer, pero una tarde que estaba de caza, olvidando las advertencias de su padre, se metió en el estanque para lavarse. Fue entonces cuando la nixie lo envolvió con sus brazos y se lo llevó con ella. Por suerte, y gracias a los consejos de una sabia anciana, la esposa de nuestro protagonista pudo rescatarlo entregando tres objetos de oro en el estanque.
Nacken - Ernst Josephson | Nixie - Henry Justice Ford |
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