Selkie (también llamado silkie o selchie) es una criatura mitológica proveniente del folclore feroés, islandés, irlandés y escocés. Las selkies eran grandes focas.
Estas criaturas tenían el extraño don de poder deshacerse de su piel de foca y transformarse en mujeres u hombres de belleza inigualable. Una vez que un/a selkie se convertía en mujer/hombre, ocultaba su piel de foca cerca del mar, entre las rocas, de manera que ningún humano pudiese hallarla.
La leyenda cuenta que si un hombre o mujer encuentra la piel de foca, puede exigirle a la/el selkie que se convierta en su esposo/a. Si ese es el caso, el esposo/a es ahora quien debe esconder muy bien la piel. Si la/el selkie llegara a encontrarla, debe abandonar a su familia y regresar al mar, aunque quiera permanecer en tierra junto a sus seres queridos.
Los selkies machos son descritos como hombres muy bellos cuando están en su forma humana, y tienen grandes poderes de seducción sobre las mujeres humanas. Por lo general buscan mujeres que no están satisfechas con su vida, como las esposas que esperan el regreso de sus maridos pescadores. Si una mujer quiere encontrarse con un selkie deberá derramar siete lágrimas en el mar.
Si un hombre llega a robar la piel de una selkie ésta estará bajo su poder y se verá obligada a convertirse en su esposa. Las selkies se convierten en excelentes esposas, pero debido a que su verdadero hogar es el mar se quedan mirando con nostalgia al océano. Si llegará a encontrar su piel, inmediatamente volverá a su verdadero hogar, y en ocasiones, junto a su marido selkie, en el mar.
A veces cuando una selkie es tomada como esposa por un humano puede tener varios hijos con él. En estas historias, es uno de sus hijos el que descubre su piel de foca, a menudo ignorando su importancia, por lo que su madre regresa al instante al mar. Aunque evitará volver a ver a su marido humano si que se interesa por sus hijos, con los que jugaría a la orilla del mar.
Por lo general las historias en las que aparecen los selkies suelen ser tragedias románticas. A veces, el humano no sabe que su amante es un selkie, y se despierta un día para encontrar que su esposa se ha ido. En otras historias el ser humano es el que oculta la piel del selkie, lo que le impide regresar a su forma de foca y así volver al mar.
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