Arion

En la mitología griega, Arión (Griego antiguo: Άρείων, Areíôn: Mejor; Más fuerte; Más valeroso) era un fabuloso caballo alado de pezuñas negras que, según Sexto Propercio, poseía el don de la palabra y la inmortalidad.

El dios Poseidón, que además del mar lo era de los caballos, intentó en una ocasión seducir a su hermana Deméter sin conseguirlo. La diosa, que entonces sólo tenía en su cabeza el encontrar a su desaparecida hija Perséfone, se transformó en una yegua para evitar las solicitudes del dios, pero éste la descubrió y, transformándose a su vez en caballo, la violó. Deméter quedó embarazada de él y dio a luz más tarde a este caballo maravilloso y a una hija llamada Despoina, pero cuyo nombre era desconocido a los no iniciados en sus misterios. Este episodio tuvo lugar en la región de Telpusia (Arcadia), cuyo rey, Oncio, se apropió del caballo alado. Sin embargo otros autores afirmaban que Arión fue un hijo partenogénito de la Tierra o que nació de los amores del viento Céfiro y de la harpía Podarge.

Cuando el héroe Heracles marchaba contra Élide pasó por Arcadia y le pidió al rey Oncio el fantástico caballo. Montado en él consiguió conquistar la ciudad, tras lo cual lo regaló a Adrasto de Argos. Poseer esta cabalgadura fue la salvación de este rey, pues Arión le libró de la muerte cuando el ejército que comandaba fue derrotado en la denominada guerra de Los siete contra Tebas. El célebre Copreo también se cuenta como uno de los dueños del caballo.

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