Simurgh

Simurgh (Persa: سیمرغ sɪmorγ), también conocida como simorgh, simurg, simoorg o simourv, es un ave mítica de naturaleza benevolente que aparece en todos los periodos del arte y literatura del Gran Irán, además de aparecer en la iconografía de Georgia, la Armenia medieval, el Imperio Bizantino y otras regiones influenciadas por la cultura persa.

En el arte iraní es descrita como una criatura alada, tan grande que era capaz de cargar con elefantes o ballenas. Era un pavo real con la cabeza de un perro (o de humano) y las garras de un león. La simurgh es una criatura intrínsecamente benevolente y femenina. Al ser en parte mamífero está provista de dientes y amamanta a sus crías, hace su nido en lugares con mucha agua y se le considera enemiga de las serpientes.

En las leyendas iraníes es un ave tan antigua que ha visto la destrucción del mundo tres veces. Ha vivido tanto que posee los conocimientos de todas las eras. Una leyenda dice que vivió 1.700 años antes de consumirse en llamas, algo similar al renacimiento del fénix.

Es capaz de purificar la tierra y el agua y, por ello, trae consigo la fertilidad. Esta criatura representa la unión entre la tierra y el cielo, actúa como mediador y mensajero entre los dos. La simurgh se posó sobre la Gaokerena, el Árbol de la Vida, el cual se encuentra en medio del mar del mundo (Vourukasha). Esta planta es un medicamento tan potente que puede curar cualquier mal, conceder la inmortalidad y resucitar a los muertos, y poseía las semillas de todas las plantas. Cuando la simurgh levantó el vuelo, las semillas se esparcieron alrededor del mundo con los vientos de Vayu-Vata (dios del viento) y las lluvias de Tishtrya (dios de la lluvia y la fertilidad), extendiendo toda la flora por el mundo.

Simurgh hace su aparición más famosa en la épica Shahnameh (libro de reyes), de Ferdousí, donde se describe su implicación con el Príncipe Zal. Según el Shahnameh, Zal, el hijo de Saam, nació albino. Cuando Saam vio a su hijo lo consideró un monstruo engendrado por demonios y abandonó al bebé en la montaña Alborz.

Los llantos del niño llegaron a oídos de Simurgh, que vivía en lo cima de dicha montaña, y adoptó y crío al bebé como si fuera suyo. Zal creció con la enorme sabiduría de la amorosa Simurgh, pero llegó el momento en que se convirtió en adulto y anhelaba volver al mundo de los hombres. Aunque a Simurgh le entristeció muchísimo lo dejó partir, no sin antes darle tres plumas de oro que debería quemar si alguna vez necesitaba su ayuda.

Al regresar a su reino, Zal se enamoró y se casó con la hermosa Rudaba. Rudaba quedó en cinta, pero cuando llegó el momento de dar a luz, el parto fue complicado y terrible. Zal estaba seguro de que su esposa moriría en el alumbramiento, así que decidió convocar a Simurgh. Cuando la majestuosa ave apareció le dio instrucciones para realizar una cesárea, lo que salvó la vida a Rudaba y al niño, que con el tiempo se convirtió en uno de los más grandes héroes persas, Rostam.

En el folclore de Azerbaiyán se le conoce como Zumrud, y aparece en una historia en la que un gigante llamado Div robaba cada noche las manzanas del espléndido jardín del rey. Dicho rey envió a su hijo, Malik Mammad, y demás hermanos a matar al gigante, y durante su viaje, Malik Mammad salvó a las crías de Simurgh de un dragón. Como recompensa, Simurgh ayudó a Malik a pasar del Mundo de la oscuridad al Mundo de la luz.

En la literatura persa clásica y moderna la Simurgh aparece con frecuencia como una metáfora de Dios en la mística sufí. En La conferencia de los pájaros (siglo XII), escrita por el poeta sufí Farid ud-Din Attar, una banda de pájaros va en busca del Simurgh. En el poema, todas las aves del mundo se reúnen para decidir quién será su rey, ya que no tenían ninguno. La abubilla, el más sabio de todos, sugirió que deberían encontrar a la legendaria Simurgh. La abubilla guió a los pájaros, cada uno de de ellos representan una debilidad humana que impide al hombre alcanzar la iluminación. Cuando el grupo de treinta aves finalmente llegar a la morada de Simurgh, lo único que encuentran es un lago en el que ven su propio reflejo.

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