Laelaps

En la mitología griega, Lélape o Laelaps (en griego antiguo Λαῖλαψ Lailaps, ‘viento de tormenta’) era un perro que siempre atrapaba a su presa cuando cazaba. Fue un regalo que Zeus hizo a Europa y que posteriormente pasó a estar en poder de su hijo Minos; éste lo regaló a Procris y más tarde el perro pasó a ser propiedad de Céfalo. En las versiones recogidas por Ovidio e Higino, el perro fue regalado a Procris por Diana/Artemisa.

Según las obras del Pseudo-Apolodoro y de Antonino Liberal, el perro fue un regalo de Minos a Procris. Minos tenía el problema de que eyaculaba serpientes, escorpiones y arañas que devoraban los genitales de sus amantes. Procris consiguió ayudarle introduciendo una vejiga de cabra en la vagina de Pasífae, la mujer de Minos. Así, Minos echaba las alimañas en la vejiga y luego sí podía realizar el acto sexual con Pasífae. A cambio de esta ayuda, Minos regaló a Procris el perro Lélape y una jabalina que nunca erraba el blanco. Más tarde, Procris le regaló a Céfalo la jabalina y el perro a cambio de que la convirtiese en su amante, y éste le cedió el perro mágico a Anfitrión cuando le pidió ayuda para atrapar a la zorra teumesia, una bestia destinada a no ser atrapada nunca. Como resultado, al enviar a un perro infalible contra una zorra inalcanzable se creo una paradoja, por lo que Zeus, cansado de la infinita persecución que duró meses, transformó a ambos animales en piedra.

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