Cipactli

Cipactli (Nahuatl: Cipactli; Cocodrilo) era un primigenio monstruo marino según la mitología azteca. Su género era indefinido, y era una criatura con partes de cocodrilo, pez y sapo. Siempre estaba hambriento, y en cada una de las articulaciones de su cuerpo tenía una boca extra. 

Al principio de los tiempos sólo existía un océano primigenio en el que Cipactli moraba. El dios Quetzalcóatl lo mató para crear la tierra, pero para ello, su hermano Tezcatlipoca tuvo que sacrificar un pie al utilizarlo como cebo para atraer al monstruo. Los dioses creadores decidieron partir a Cipactli por la mitad: con una parte formaron el Cielo, con la otra la Tierra. Arriba quedaron nueve partes a las que llamaron Chicnauhtopa, «los nueve que están sobre nosotros», que se encuentran en la cabeza de Cipactli. Abajo, en el Inframundo, quedaron otras nueve partes, a las que denominaron Chicnauhmictlan, «los nueve mundos de los muertos», y ocupan la cola del cocodrilo sagrado. Los múltiples ojos de la criatura se convirtieron en estanques y lagunas, y sus fosas nasales en cuevas.

El problema es que no había lugar para el hombre, entonces con dos árboles se erigió un espacio que separaba las dos mitades. La pareja primigenia, Oxomóco y Cipactónal, a petición de Quetzalcóatl, inventaron la medición del tiempo y crearon el calendario en honor a Cipactli, cuyo primer mes de los dieciocho que lo conformaban, llevaba precisamente el nombre del legendario animal. Desde entonces, el cocodrilo sagrado simboliza  la Tierra flotando en las aguas primordiales; y sus enormes fauces son las puertas de entrada al Inframundo.

Tim Durning

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