Tikoloshe

En la mitología zulú, el Tikoloshe, también conocido como Tokoloshe o Hili, es un espíritu del agua con aspecto de enano. Se le considera como un espíritu travieso y malvado que puede hacerse invisible gracias a una piedra mágica que guarda en la boca. La única manera de deshacerse de él es llamando al n'anga, el curandero o hechicero, que tiene el poder de desterrarlo. Al Tikoloshe le gusta robar la leche de las vacas, y estos hechiceros pueden capturalo durante sus robos para fabricar con su cadáver un ungüento mágico. Rociando las entradas de los corrales y granjas con una extraña sustancia pueden paralizar a estos espíritus, que pierden su invisibilidad y ya pueden ser matados.

El Tokoloshe es creado a partir de un cadáver por un chamán sudafricano para castigar a cualquiera que le haya ofendido. Para esto le saca los ojos y la lengua al cuerpo del difunto, luego encoge cuando le mete un hierro al rojo vivo justo por la coronilla de la cabeza, y, finalmente, el hechicero le da vida y doblega la voluntad del Tikoloshe cuando le sopla unos polvos mágicos en la boca. A parte de todo este ritual, un familiar del chamán debe morir a cambio de la vida de la nueva criatura creada.

A este ser se le describe como una criatura peluda y del tamaño de un niño, semejante a un mono, pero con una gran fuerza física, cecea al hablar y suele ir desnudo o con un hábito. También se le representa con un pene tan grande que puede cargarlo en el hombro, y no sólo lo usaría para violar a sus víctimas, sino también para complacer a la bruja a la que sirve. A cambio de sus servicios recibe leche y otros alimentos, siempre y cuando no lleven sal, ya que la odian al igual que la mayoría de espíritus

Suele ser invisible para los adultos, y si llegan a verlo deberán evitar molestarle, hablarle o señalarle. En cambio los niños si pueden verlo, por suerte es amable con ellos, como si de un amigo invisible se tratara, y llegaría a desobedecer a su amo si le encargase hacer daño a un niño. A los adultos no les gusta que los niños tengan trato con un Tikoloshe, ya que podrían desarrollar tendencias a la brujería cuando se hagan mayores.

Sus ataques van desde pequeños actos, como morder los dedos de los pies de los que están durmiendo, o cosas más graves como violar a las mujeres o causar enfermedades. Muchas personas siguen creyendo en la existencia de los tikoloshe, por lo que ponen ladrillos debajo de las patas de las camas para que no alcancen a morderles los pies. Estas criaturas a veces no tiene un objetivo fijo y deambulan por la aldea haciendo travesuras a su paso, como darle algún susto a los niños que van al colegio.

Evil Boy - Die Antwoord

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