Kerakera onna

Kerakera onna (japonés: 倩兮女; mujer que cacarea) es un yokai del folclore japonés. Este espíritu aparece en los barrios rojos de Japón emitiendo una risa parecida a un cacareo, de ahí su nombre. Es descrito como una gigantesca mujer de mediana edad vestida con un colorido kimono, típico de los burdeles, y mal maquillada. Acechan en callejones y caminos no transitados, bailando, riendo y burlándose de la profesión que las llevó a la muerte. Rara vez aparecen fuera del barrio rojo donde murieron.

Cuando un hombre pasa por una solitaria calle o un callejón embrujado por una Kerakera-onna, ésta suelta una horrible y estridente carcajada que sólo él puede oír. Cualquiera que tenga el corazón débil podría morir de un infarto por el susto, pero los que pueden resistirlo y huyen se dan cuenta de que no pueden librarse de esa risa, que resuena como un eco en sus cabezas. Estos hombres acaban volviéndose locos por escuchar esa carcajada incesante.

Durante el período Edo, el promedio de vida de una prostituta era sólo de 23 años, ya que las condiciones de una vida así eran demasiado difíciles de soportar para la mayoría de chicas. Trabajaban muchas horas, cobraban poco y el abuso sexual era algo común, tanto por parte de los clientes como de los proxenetas. Muy pocas de estas mujeres llegaban a la mediana edad, pero cuando lo hacían, como la mayoría de cosas que alcanzaban cierta longevidad en Japón, reunían una gran energía. Cuando una prostituta moría después de servir en un mundo tan doloroso durante tanto tiempo, su fantasma no podía pasar fácilmente a la siguiente vida, por lo que se convertían en  una Kerakera onna.

ShotaKotake

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