La kikimora (ruso: кики́мора) es un espíritu femenino del folclore eslavo ligado al hogar. Es la contraparte malvada de su esposo, el domovoi. Cuando habita en una casa se establece tras el hornillo o en el sótano. Las kikimory (plural) están relacionadas con la parálisis del sueño y las pesadillas, y son la encarnación de las almas de los niños y bebés no bautizados, deformes o malditos por sus padres.
Este espíritu tiene el aspecto de una mujer delgada con una afilada cabeza animalesca dotada de cuernos, brazos largos y peludos y patas de gallo, pero por lo general solía actuar como una presencia invisible de la que sólo se podía oír su actividad. Aunque es considerada como un espíritu maligno puede ser benévola y ayudar con las tareas domésticas, el hilado y el cuidado de niños y animales, sobretodo de gallinas, si las amas de casa eran trabajadoras o si se le dejaban ofrendas. Muestran su lado más temible cuando se descuidan las tareas de la casa, por lo que empezarían a dedicarse a molestar a la familia por la noche, impidiendo que descansen al asustarlos con ruidos, provocándoles pesadillas, tirando objetos, cortándoles el pelo cuando están en la cama o castigando a los niños malos aplastándolos mientras duermen (parálisis del sueño). Que se apareciera la kikimora físicamente era presagio de mala suerte.
Kikimora - Iván Bilibin |
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