Tentirujo

El tentirujo es un pequeño duende lascivo de la mitología cántabra al que se podía ver en las cuencas del Saja y del Besaya. Tiene el aspecto de un hombre diminuto, de unos sesenta centímetros de alto, con la piel verdosa o amarillenta, ojos verdes y pequeños y su cara es como la de un anciano enfadado, toda surcada de arrugas. También tiene un par de cuernecillos, lleva botas de punta retorcida y a veces viste con una capa encarnada. El etnólogo Adriano García-Lomas le añadía una boina y decía que iba vestido de rojo.

El cometido de este ser era el de excitar a las mujeres que se encontraban solas. No se conocen los medios con los que conseguía sus propósitos, aunque García-Lomas intuyó que para ello se ayudaba de la raíz de la mandrágora, una planta mágica con forma humana que solía usarse en brujería para realizar pócimas afrodisíacas. En los pueblos de Cantabria, cuando una joven tímida cambiaba y se volvía desvergonzada, se decía que era porque se había tropezado con el tentirujo.

Tentirujo cargando con una mandrágora - Ilustración de Manuel Díez Pernía
para Guía de los seres mágicos de España: Gnomos, de Jesús Callejo

No hay comentarios:

Publicar un comentario