El Pwca es la versión
galesa del
Puck o
Robin el Bueno de
Inglaterra. Se trata de un espíritu travieso al que le encanta acechar a la gente para gasterles bromas pesadas como un
fuego fatuo, sobre todo en
Cwm Pwca, en
Brecknoshire, uno de sus lugares favoritos.
El escritor
Wirt Sikes consiguió que un campesino galés le dibujara el aspecto de un pwca con un trozo de carbón: el resultado fue una criatura bastante caricaturesca sentada de perfil sobre una roca; tenía una cabeza desproporcionada con unos labios largos y afilados similares a un pequeño pico. Otra historia recogida en la
obra de
Sikes narra la vivencia de una joven criada que cuidaba del ganado en la granja Trwyn. Esta chica solía ofrecerle un bol de leche fresca y una rodaja de pan blanco a Maestro Pwca, tal y como ella lo llamaba. Desgraciadamente, una noche, la criada se comió la ofrenda que tenía para el Pwca y a cambio sólo le dejó agua y cortezas de pan. A la mañana siguiente vio que el pwca no había tocado la comida y, al rato, unas manos invisibles le dieron una terrible paliza mientras una voz le decía claramente que no volviera a repetir aquella ofensa.
Por lo general, la historia que más se cuenta sobre estos espíritus, salvo alguna variación, nos presenta a un campesino que está regresando a casa después del trabajo o al volver de una feria. En su camino se encuentra con una luz a lo lejos y, al fijarse más, descubre una pequeña figura oscura que porta una linterna o una antorcha sobre su cabeza. Entonces decide seguirlo durante varias millas hasta que se encuentra al borde de un precipicio, mientras que el Pwca, con su lintera, salta al otro lado del precipio riéndose maliciosamente. Allí apaga su linterna de un soplido y desaparece dejando al viandante para que vuelva a casa como buenamente pueda.
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Grabado con carbón que realizó un campesino para Wirt Sikes |
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