El hossu es una pequeña vara rematada en un penacho de largos pelos o hebras de cáñamo. Los sacerdotes budistas portaban este utensilio durante sus largos periodos de meditación zen como herramienta para espantar a las moscas sin dañarlas y, de manera simbólica, cualquier tipo de deseo que les molestara en su meditación. Así pues, Toriyama Sekien creó para su Gazu Hyakki tsurezure-bukuro (japonés: 百器徒然袋; Bolsa de los cien utensilios aparecidos al azar) al Hossumori (japonés: 払子守; guardián del hossu), un yokai nacido del hossu de un monje que estuvo meditando durante nueve años al igual que Daruma.
En un koan de Zhaozhou Congshen se llega a la conclusión de que hasta un perro alberga en su interior el espíritu de Buda, por lo que Sekien sostuvo en base a esto que un hossu, tras nueve años en las manos de un maestro zen, asimilaría esa iluminación y se transformaría en un tsukumogami.
Shigeru Mizuki recogió en su Enciclopedia yokai que en un templo budista se utilizaba un hossu muy antiguo que, cuando llegaba la noche, se ponía a bailar; las largas hebras que remataban la vara conformaban sus cabellos y, si se ponía un kimono encima, parecía casi humano.
En un koan de Zhaozhou Congshen se llega a la conclusión de que hasta un perro alberga en su interior el espíritu de Buda, por lo que Sekien sostuvo en base a esto que un hossu, tras nueve años en las manos de un maestro zen, asimilaría esa iluminación y se transformaría en un tsukumogami.
Shigeru Mizuki recogió en su Enciclopedia yokai que en un templo budista se utilizaba un hossu muy antiguo que, cuando llegaba la noche, se ponía a bailar; las largas hebras que remataban la vara conformaban sus cabellos y, si se ponía un kimono encima, parecía casi humano.
Ilustración de Shigeru Mizuki |
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