Hone onna

Hone onna (japonés: 骨女; mujer de huesos) es el nombre con el que se conoce al espectro de Otsuyu, una de las protagonistas de la historia de fantasmas Botan dōrō (japonés: 牡丹燈籠; La linterna de peonias), aunque originalmente era uno de los cuentos recogidos en la obra china Jiandeng Xinhua (chino: 剪燈新話; Las nuevas historias que se cuentan mientras se consume la mecha).

En algunas versiones del cuento el protagonista es un samurái que conoció a Otsuyu cuando estaba viva y ambos acaban terriblemente enamorados, pero debido a una enfermedad se ve alejado de ella durante meses. Desgraciadamente, cuando por fin se recupera y puede reunirse con su amada, descubre que tanto Otsuyu como su sirvienta han muerto de tristeza.

Cuando llegó el O-bon, la festividad japonesa en la que se honra a los muertos, comenzaron a aparecer en la casa del protagonista dos figuras iluminadas por una linterna adornada con peonias. Se trataba de Otsuyu, que había regresado de la tumba junto a su fiel sirvienta para consumar su amor con su antiguo enamorado. Éste no sospechó nada cuando se presentaron ante él porque las veía con el mismo aspecto con el que estaban vivas, pero uno de sus sirvientes descubrió una de esas noches que su amo en realidad estaba yaciendo con un macabro esqueleto.

Gracias a la ayuda de un monje, que entregó al samurái una imagen de Buda y colocó numerosos amuletos protectores en las puertas y ventanas de la casa, el espectro de Otsuyu se vio incapaz de entrar de nuevo en los aposentos de su amado, por lo que se limitaba a llorar noche tras noche. Esta situación duró hasta que un día alguien le robó al samurái su imagen de Buda y los fantasmas pudieron entrar por una ventana que se había quedado sin protección. Al amanecer de aquel día, encontraron al samurái muerto en su habitación abrazado al esqueleto de Otsuyu e iluminado por una siniestra linterna adornada con peonias.

El folklorista Shigeru Mizuki recogió la leyenda de otra hone onna que se aparece en la región de Aomori. Originalmente era una mujer que se suicidó debido a su fealdad y, con el paso del tiempo, su cuerpo acabó reducido a un simple esqueleto. En este estado, el resto de cadáveres le decían: «Desde que te has convertido en esqueleto, te has vuelto toda una belleza», así que movida por los ánimos que le daban comenzó a pasearse haciendo traquetear sus huesos. También cuentan que le encanta chupar espinas de pescado y que se pone a temblar cuando se topa con un monje de alto rango.

Estampa shunga del Ehon Kaichu Kagami - Utagawa Toyokuni

Fuentes

Hadland Davis, Frederick: Mitos y leyendas de Japón. Satori, Gijón, 2021.
James, Grace: Cuentos de hadas japoneses. Satori, Gijón, 2021.
Meyer, Matthew: El desfile nocturno de los cien demonios. Quaterni, Madrid, 2019.
Mizuki, Shigeru: Enciclopedia Yokai Vol. 1. Satori, Gijón, 2017.
Sekien, Toriyama: Guía ilustrada de monstruos y fantasmas de Japón. Quaterni, Madrid, 2014.

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