Nuribotoke

En Japón es común encontrar en algunos hogares un lugar reservado para el butsudan, un pequeño altar en forma de caja en el que se guardan símbolos budistas para honrar a los difuntos. Este objeto era de vital importancia para los ritos religiosos y solía estar lacado y hermosamente decorado con oro, por lo que necesitaba de ciertos cuidados para mantenerlo adecuadamente.

Con el tiempo, el butsudan puede caer en manos de algún miembro de la familia que lo descuide y acabe desconchándose y sufriendo desperfectos. Según Shigeru Mizuki, es entonces cuando los espíritus de los antepasados se frustran y se ven obligados a ser ellos mismos los que cuiden del altar manifestándose como un nuribotoke (japonés: 塗仏; Buda/difunto laqueado), un repugnante yokai con el aspecto de un sacerdote budista de piel totalmente negra y estómago abotargado, aunque lo que más destaca de él son los ojos, que están colgando de sus cuencas. También puede aparecer con una protuberancia creciendo en medio de su espalda; algunos creen que se trata de un largo mechón de pelo o, más extrañamente, la cola de un pez.

El butsudan siempre permanece abierto durante el día y debe cerrarse al anochecer, por lo que es posible que, si se deja abierto por la noche, sirva como una puerta de entrada al mundo de los espíritus y los nuribotoke aprovechen para salir de él y atormentar a los habitantes de la casa para divertirse.

Ilustración del Bakemono no e

Fuentes

Meyer, Matthew: El desfile nocturno de los cien demonios. Quaterni, Madrid, 2019.
Misarin.net: Nuribotoke.
Mizuki, Shigeru: Enciclopedia Yokai Vol. 2. Satori, Gijón, 2018.
Sekien, Toriyama: Guía ilustrada de monstruos y fantasmas de Japón. Quaterni, Madrid, 2014.

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