El musgoso es un personaje de la mitología cántabra posiblemente creado por el folklorista y escritor Manuel Llano. Se trata de un hombre alto y delgado, de cara pálida, ojos hundidos y una larga barba negra. Anda siempre lentamente por los montes, como si estuviera cansado, vestido con una zamarra de musgo seco, un sombrero de hojas, zapatos de piel de lobo y un zurrón de cuero amarillo. Por el día hacía sonar melancólicamente su flauta de madera negra para avisar a los pastores y demás gentes de la montaña de que se acercaba algún peligro, como una tormenta, aludes o nevadas. Por la noche lanzaba un silbido largo que procedía del bosque, las cumbres o las hondanadas para advertir de la presencia de lobos, ladrones de ganado u osos.
Si algún paisano se perdía en los días de niebla y se dirigía hacia un precipicio, el musgoso llamaba su atención con el sonido de una roca rodando o el de un bastón golpeando un árbol. Este amigable personaje también se encargaba de cuidar y mantener las cabañas de los pastores cuando éstos bajaban al valle en invierno y las dejaban abandonadas hasta la llegada de la primavera.
Si algún paisano se perdía en los días de niebla y se dirigía hacia un precipicio, el musgoso llamaba su atención con el sonido de una roca rodando o el de un bastón golpeando un árbol. Este amigable personaje también se encargaba de cuidar y mantener las cabañas de los pastores cuando éstos bajaban al valle en invierno y las dejaban abandonadas hasta la llegada de la primavera.
Dibujo de Gustavo Cotera |
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