Svadilfari

Svaðilfari (nórdico antiguo: Viajero desafortunado) es un caballo de descomunal fuerza perteneciente a la mitología nórdica. Su leyenda se cuenta en La visión de Gylfi, un fragmento de la Edda prosaica en la que Odín, disfrazado de tres personajes (Alto, Igual de Alto y Tercero), le cuenta los orígenes del mundo a Gylfi, gobernante de las tierras de la actual Suecia que buscaba a los dioses para comprobar su sabiduría.

Todo comenzó cuando los dioses asentaron Midgard y construyeron el salón Valhalla. Sus reinos carecían de protección ante los ataques de los jotnar, pero un buen día apareció un maestro obrero que se ofreció a construirles una gran muralla en año y medio, pero a cambio quería tomar como esposa a Freya, diosa del amor y la fertilidad, y hacerse con el sol y la luna. Los dioses aesir se reunieron para discutirlo y le ofrecieron una nueva propuesta: debía terminar la muralla en tan solo un invierno sin la ayuda de nadie y, si el primer día de verano quedaba por terminar algo, se quedaría sin paga. Ante estas condiciones, el maestro pidió que sólo le ayudara su caballo Svaðilfari, y los dioses accedieron a instancias de Loki, pues ni así podría concluir el trabajo.

El primer día de invierno comenzó la construcción de la muralla y su caballo le ayudaba acarreando gigantescas rocas por las noches. Esto sorprendió mucho a los dioses, pues hacía el caballo el doble de trabajo que su amo, pero no podían echarse atrás porque el trato se había cerrado ante muchos testigos y con solemnes juramentos, pues el obrero consideró que sin tales garantías no estaría seguro entre los aesir si Thor regresaba, ya que se encontraba en el este, en Jotunheim, matando gigantes. A tres días del verano, la muralla, alta y resistente, se hallaba prácticamente terminada, tan solo le faltaba la entrada, y los dioses comenzaron a temer la perdida del sol, la luna y de Freya. Entonces volvieron a reunirse en consejo para encontrar al culpable de la situación en la que se encontraban y toda la culpa recayó en Loki, por permitirle al constructor la ayuda de su caballo. Así, bajo amenaza de muerte, el dios del engaño debía buscar la manera de que el obrero dejara la muralla sin terminar y así faltara al trato.

Aquella misma noche, cuando el constructor iba a por piedras con su caballo Svadilfari, Loki, transformado en yegua, salió de un bosquecillo y tentó al semental, que se desbocó y huyó de su dueño para perseguir a la yegua. El obrero fue tras su compañero, pero los animales corrieron toda la noche y no pudo realizar ningún trabajo. Al día siguiente se vio imposibilitado de seguir el ritmo de los anteriores días y, cuando vio que no podría terminar la obra, reveló con toda su furia que en realidad era un gigante. Ante esto, los dioses dieron por roto el trato y llamaron a Thor, que se presentó allí al instante y mató al constructor con un golpe de su martillo Mjolnir. Con el tiempo, Loki parió de su unión con Svadilfari un potro de ocho patas: Sleipnir, que se convertiría en el caballo de Odín.

Svadilfari tentado por Loki bajo la forma de una yegua - Dorothy Hardy

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