La Paparresolla o Paparrasolla es un asustaniños presente principalmente en Cantabria, Castilla y León, la Comunidad de Madrid y Asturias, donde se le conoce también como Paparroxu. Según el Tesoro de la lengua castellana y el Diccionario de Autoridades, su nombre se compone de las palabras «Papo», asustaniños caracterizado por su glotonería; y «resollar», ya que con su mero resuello bastaba para amedrentar a los niños que se portaban mal.
Javier Prado cuenta en su Monstruos ibéricos que la primera mención que se tiene de esta criatura la podemos encontrar en La Lozana andaluza, publicada en 1528 por Francisco Delicado. En un momento de la obra, cuando la protagonista no encuentra a su marido, uno de los personajes comenta: «¡Pues voto a Dios que no se le comió la Paparresolla!». Un par de refranes populares dicen lo siguiente sobre esta criatura:
Según lo que leemos en Seres míticos y personajes fantásticos españoles, el mito de la Paparresolla se encuentra bastante activo en el pueblo de Barbadillo Herreros, donde se dice que vive dentro de la torre de la iglesia. En la parte trasera del campanario se encuentra un ventanuco redondo desde el que vigila atentamente a todos los niños que se portan mal para llevárselos a su morada. Por esta vaga descripción de su comportamiento, se podría deducir que se trata de una especie de bruja u ogresa capaz de volar, algo similar a las arpías o estriges. En el valle de Valdelaguna solía agazaparse bajo los tejados, en los desvanes y en rincones oscuros, desde donde lanzaba sus horribles gritos y resuellos. En esta localidad, una vecina solía interpretar el papel de la Paparresolla y se dedicaba a gritar desde su casa cuando oía el revuelo de los niños en la calle.
Javier Prado cuenta en su Monstruos ibéricos que la primera mención que se tiene de esta criatura la podemos encontrar en La Lozana andaluza, publicada en 1528 por Francisco Delicado. En un momento de la obra, cuando la protagonista no encuentra a su marido, uno de los personajes comenta: «¡Pues voto a Dios que no se le comió la Paparresolla!». Un par de refranes populares dicen lo siguiente sobre esta criatura:
Paparrasolla, boca sangrando, tripes afuera, rabu arrastrando. |
¡La paparresolla se cayó en la olla! ¡Ay, que te come la Paparresolla! |
Según lo que leemos en Seres míticos y personajes fantásticos españoles, el mito de la Paparresolla se encuentra bastante activo en el pueblo de Barbadillo Herreros, donde se dice que vive dentro de la torre de la iglesia. En la parte trasera del campanario se encuentra un ventanuco redondo desde el que vigila atentamente a todos los niños que se portan mal para llevárselos a su morada. Por esta vaga descripción de su comportamiento, se podría deducir que se trata de una especie de bruja u ogresa capaz de volar, algo similar a las arpías o estriges. En el valle de Valdelaguna solía agazaparse bajo los tejados, en los desvanes y en rincones oscuros, desde donde lanzaba sus horribles gritos y resuellos. En esta localidad, una vecina solía interpretar el papel de la Paparresolla y se dedicaba a gritar desde su casa cuando oía el revuelo de los niños en la calle.
Ilustración de Jesús Gabán para Personajes imaginarios en peligro de extinción |
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