El ikkennya no yōjū (japonés: 一軒家の妖獣, bestia/monstruo de la casa) era una extraña criatura de rostro humano y cubierta de pelo que solía colarse en cierta casa cuando llegaba la medianoche. Para hacerlo, se arrastraba lentamente por las vigas del techo y, como a esas horas siempre estaba todo el mundo dormido, nunca llamó la atención de nadie.
Cierta noche, la mujer de la casa se despertó y, al ver a este ser encaramado a una viga, comenzó a gritar. El escándalo despertó a su marido, el cuál descubrió que había otro monstruo de la misma especie cerca del primero. Estos yokai ignoraban por completo a la pareja de humanos, que al instante descubrieron que se trataban de un macho y un hembra que habían elegido el techo de su hogar para mantener relaciones. Pese a que no mostraban ninguna actitud violenta contra los habitantes de la casa, la pareja decidió mudarse ante la idea de que tan peculiares criaturas utilizasen su morada como lugar de encuentro.
Cierta noche, la mujer de la casa se despertó y, al ver a este ser encaramado a una viga, comenzó a gritar. El escándalo despertó a su marido, el cuál descubrió que había otro monstruo de la misma especie cerca del primero. Estos yokai ignoraban por completo a la pareja de humanos, que al instante descubrieron que se trataban de un macho y un hembra que habían elegido el techo de su hogar para mantener relaciones. Pese a que no mostraban ninguna actitud violenta contra los habitantes de la casa, la pareja decidió mudarse ante la idea de que tan peculiares criaturas utilizasen su morada como lugar de encuentro.
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Ilustración de Shigeru Mizuki |
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