Caribdis

En la mitología griega, Caribdis (Griego: Χάρυβδις; La que succiona) era un monstruo marino que creaba remolinos, considerado uno de los peligros del estrecho de Mesina junto a Escila. Se decía que los dos lados de este estrecho estaban a un tiro de flecha, tan cercano el uno del otro que los marineros que intentaban esquivar a Caribdis se veían obligados a acercarse demasiado a Escila y viceversa. De esta disyuntiva surgió el dicho «entre Escila y Caribdis», que servía para indicar una elección forzosa entre dos peligros. Mientras Escila vivía en una cueva en un gran peñasco, Caribdis moraba bajo una roca más pequeña sobre la que crecía una higuera.

Circe advirtió a Odiseo de estos monstruos en el capítulo XII de la Odisea, y aunque no ofrece una descripción de la criatura sí que detalla sus catastróficas costumbres, siendo tan peligrosa que aconsejó al héroe acercarse más a Escila para evitar a ésta:
«El peñasco de en frente es, Odiseo, más bajo, y se opone al primero a distancia de un tiro de flecha; en él brota frondísima higuera silvestre y debajo del risco la divina Caribdis ingiere las aguas oscuras. Las vomita tres veces al día, tres veces las sorbe con tremenda resaca y, si ésta te coge en el paso, ni el que bate la tierra librarte podrá de la muerte. Es mejor que te pegues al pie de la roca de Escila y aceleres la nave al pasar. Más te vale con mucho perder sólo seis hombres que hundirte tú mismo con todos».
Al final de este mismo capítulo, la tripulación de Odiseo llegó a Trinacia, la isla del Sol. Pese a las advertencias que les hizo Circe de no tocar el ganado de Helios, sus compañeros sacrificaron varias reses, lo que provocó la cólera del dios. Al hacerse de nuevo a la mar, Zeus lanzó un rayo que destruyó y hundió la nave. Sólo sobrevivió Odiseo, que volvió a toparse con Caribdis, evitando ser tragado por ella al aferrarse a la higuera que crecía en el peñasco bajo el que habitaba. Allí colgado esperó hasta que vomitó los restos de su barco, y sobre ellos vagó a la deriva hasta que llegó a la isla Ogigia, habitada por Calipso.

Los argonautas fueron capaces de evitar estos monstruos marinos gracias a que los guió Tetis, una de las nereidas.

Algunos antiguos escolios decían que Caribdis era hija de Poseidón, o Ponto, y Gea. Apoyó a Poseidón en su lucha con Zeus, y por lo tanto, le ayudó a inundar tierras e islas bajo el agua. Zeus, furioso por las tierras que le había robado, la maldijo convirtiéndola en un monstruo con una incontrolable sed. Por esto bebía tres veces al día del agua del mar para saciarse, creando remolinos con sus tragos. Otras fuentes dicen que fue una mujer de gran voracidad que llegó a comerse algunos de los bueyes de Gerión que Heracles llevaba a Micenas como uno de sus trabajos. Esta actitud enfureció tanto a Zeus que la desterró al mar golpeándola con su rayo y transformándola en monstruo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario