Antiguamente, los monjes yamabushi que iban de peregrinaje llevaban su equipaje y objetos sagrados guardados en un oi, una caja con patas hecha de madera y bambú que cargaban a sus espaldas. Cuando un oi envejece se convierte en un tsukumogami y le crecen un par de patas de ave rapaz y una cabeza que recuerda a la de un monje yamabushi; tiene una larga melena, lleva un trozo de espada entre los dientes y expulsa llamaradas por la boca. Este yokai es llamado Oi no bakemono (japonés: 笈の化け物; monstruo del oi) y en el Ehon musha bikō se dice que apareció uno en los aposentos de Ashikaga Tadayoshi, general y administrador del siglo XIV.
Oi no Bakemono en las páginas del Ehon musha bikō - Nishikawa Sukenobu |
No hay comentarios:
Publicar un comentario