El Mikoshi nyūdō (japonés: 見越入道; sacerdote previsor), también conocido como miage nyūdō (japonés: 見上げ入道; sacerdote que crece de repente), es uno de los muchos ōnyūdō que rondan por las caminos solitarios de Japón, es decir: un yokai con el aspecto de un monje de altura sobrenatural. Se cree que en realidad son animales como los kitsune o los mujina que adoptan esta forma para atrapar humanos.
Este yokai se muestra de noche como un monje normal y corriente en medio de un sendero, pero cuando un viajero se topa con él y se le queda mirando, empieza a crecer conforme le sigue con la mirada. Crece de tal manera que, de alzar tanto la vista, el incauto acaba cayéndose de espaldas. Cuando esto ocurre, el espíritu aprovecha para lanzarse contra su víctima y desgarrarle el cuello a dentelladas.
Para librarse de su ataque no basta con ignorarlo o salir corriendo, porque se enfadaría y acabaría atrapándote o ensartándote con cañas de bambú como hacen los de la comarca de Iki. Lo que hay que hacer es utilizar su modus operandi a la inversa, es decir, mirarlo de la cabeza a los pies para que mengüe de tamaño hasta que desaparezca. También se le puede decir «Miage nyūdō, mi vista ya ha llegado más arriba que tú» o «Mikoshi nyūdō, ya he visto todo lo que tenia que ver» y luego mirar al suelo; al ver que nos hemos anticipado a su estratagema, desaparece. Es por esta forma de actuar que se suele confundir a este yokai con los taka nyūdō, aunque estos son más bromistas que peligrosos para los humanos.
Este yokai se muestra de noche como un monje normal y corriente en medio de un sendero, pero cuando un viajero se topa con él y se le queda mirando, empieza a crecer conforme le sigue con la mirada. Crece de tal manera que, de alzar tanto la vista, el incauto acaba cayéndose de espaldas. Cuando esto ocurre, el espíritu aprovecha para lanzarse contra su víctima y desgarrarle el cuello a dentelladas.
Para librarse de su ataque no basta con ignorarlo o salir corriendo, porque se enfadaría y acabaría atrapándote o ensartándote con cañas de bambú como hacen los de la comarca de Iki. Lo que hay que hacer es utilizar su modus operandi a la inversa, es decir, mirarlo de la cabeza a los pies para que mengüe de tamaño hasta que desaparezca. También se le puede decir «Miage nyūdō, mi vista ya ha llegado más arriba que tú» o «Mikoshi nyūdō, ya he visto todo lo que tenia que ver» y luego mirar al suelo; al ver que nos hemos anticipado a su estratagema, desaparece. Es por esta forma de actuar que se suele confundir a este yokai con los taka nyūdō, aunque estos son más bromistas que peligrosos para los humanos.
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Ilustración de Shigeru Mizuki |
Fuentes
Meyer, Matthew: El desfile nocturno de los cien demonios. Quaterni, Madrid, 2019.Mizuki, Shigeru: Enciclopedia Yokai Vol. 1. Satori, Gijón, 2017.
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