Pseudomonarchia Daemonum

La Pseudomonarchia daemonum (latín: Falsa jerarquía de los demonios) es un pequeño apéndice de la obra De praestigiis daemonum, un tratado sobre brujería de Johann Weyer escrito en el 1577. En este texto se da un listado de sesenta y nueve demonios, la hora a la que invocarlos y cómo hacerlo. También incluye una descripción de cada espíritu, incluyendo su título real, su oficio y el número de legiones que tienen a su cargo. Según Weyer, su obra se basó en un manuscrito llamado Liber officiorum spirituum (latín: El libro de los oficios de los espíritus), que podría derivar a su vez del Livre des esperitz, un grimorio francés datado entre los siglos XV y XVI.

El Ars Goetia, el primer libro que compone La llave menor de Salomón, se basa principalmente en esta obra, aunque presenta ciertas diferencias. En el Ars Goetia se describen objetos y rituales concretos y muy complejos para invocar a los espíritus, además de que vincula a cada demonio con un sello específico, cosa que no ocurre en la Pseudomonarchia daemonum. El orden en el que aparecen los demonios también cambia, además de que en el Ars Goetia se añadieron cuatro espíritus nuevos: Vassago, Seere, Dantalion y Andromalius, aunque prescindió de Pruflas en su listado.
















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Hora a la que los demonios pueden ser doblegados sin peligro
Amaimon, rey del este, Gorson, rey del sur, Zimimar, rey del norte, Goap, rey y príncipe del oeste, pueden ser atados desde la tercera hora hasta el mediodía, y desde la novena hora hasta el atardecer.
Marqueses: pueden ser atados desde la novena hora hasta las completas, y desde las completas hasta el fin del día.
Duques: pueden ser atados desde la primera hora hasta el mediodía siempre que se observe tiempo despejado.
Prelados (príncipes): pueden ser atados a cualquier hora del día.
Caballeros: desde la aurora hasta la salida del sol o desde el atardecer hasta que se ponga el sol.
Presidentes: no pueden ser atados a ninguna hora del día, a no ser que el rey, al que presenten obediencia, sea invocado; pero no al anochecer.
Condes: pueden ser atados a cualquier hora del día, pero debe ser en los bosques o en los campos, donde no transiten hombres.

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