Itachi

En la cultura japonesa está muy extendida la creencia de que ciertos animales poseen poderes mágicos, como los zorros, los gatos, los tanuki, etc. Entre estos animales también se encuentra la itachi (japonés: 鼬; comadreja) o ten (japonés: テン; marta). Un dicho popular de Iga, en la prefectura de Mie, dice: «el zorro tiene siete formas; el tanuki, ocho y la comadreja, nueve», por lo que se puede interpretar que estos animales son más diestros en el arte mágico de la transformación que los otros yokai mencionados. En las zonas montañosas de Yamashi, Nagano y Niigata hay una clase especial de comadreja conocida como kamaitachi, que viaja velozmente en los remolinos de viento cortando con sus afiladas garras a quien encuentra.

Su presencia es considerada un augurio de mala suerte y en regiones como la de Tohoku se cree que, si uno se topa con una comadreja, ese día no podrá cazar nada. También se sabe de sobra que son muy inteligentes y si una se coloca a dos patas es porque está hechizando a algún humano. Por la noche se reúnen en grupo y forman columnas subiéndose unas encima de otras, de esta manera crean grandes llamas que pueden comenzar incendios debastadores. Para engañar a la gente, suele transformarse en un joven sacerdote al que le quedan grande la ropa, pero, a parte de esto, también se les acusa de transformarse en otros yokai para sembrar el terror entre los humanos, como el gigantesco ōnyūdō. Pese a esta mala fama, los habitantes de la aldea de Hinoemata las invocaban para que poseyeran a un medium y vaticinaran el futuro a través de él mediante un rito conocido como itachose.

Ilustración de Toriyama Sekien

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