Los ellyllon (singular: ellyll) son una raza de pequeños elfos y, junto a los Tylwyth Teg, los bwca, los coblynau, las gwragedd annwn y las gwyllion, forman parte de los seres feéricos de Gales. Según lo recogido por Wirt Sikes en British goblins, los ellyllon son de menor tamaño que los Tylwyth Teg, tan pequeños que sus guantes están hechos con las flores de la dedalera (galés: menyg ellyllon). Habitan en valles y arboladas, donde se alimentan de setas venenosas (galés: bwyd ellyllon; comida de los elfos) y del hongo tremella mesenterica, conocido popularmente por su aspecto como «mantequilla de las hadas» (galés: ymenyn tylwyth teg). Estos pequeños elfos están gobernados por la reina Mab, aunque carecen de rey; de manera similar a las Tylwyth Teg, que no tienen reina y sólo tienen por regente en su mundo subterráneo a Gwyn ap Nudd. También son causantes de fuegos fatuos conocidos como ellylldan, con los que guían a los viajeros despistados a terrenos pantanosos donde se reúnen para bailar.
En un cuento de Peterstone, uno de estos elfos se apareció como ayuda ante Rowli Pugh, un granjero al que le seguía la mala suerte: si llegaba alguna plaga al país, sus campos seguro que se verían afectados; su ganado caía enfermo mientras que el de sus vecinos permanecía sano y Cattie, su mujer, siempre estaba mal de salud, por lo que no podía ayudar con el trabajo. Rowli, desesperado, pensó en venderlo todo y marcharse del lugar cuando un ellyll se mostró ante él y le dijo que no se preocupase de nada, que ellos cuidarían de su familia siempre que su mujer se encargara de barrer bien la casa, dejase un fuego y una vela encendidos por la noche y que se fueran pronto a la cama.
La pareja hizo lo que el ellyll les había indicado y cada noche oían risas y alboroto en el piso de abajo, aunque a la mañana siguiente, cuando se levantaban, todo estaba impecable: los animales estaban bien limpios y alimentados y los campos cuidados. Así recuperaron la salud y pudieron vivir prósperamente durante tres años, pero todo acabó cuando Cattie, movida por la curiosidad, quiso ver el aspecto de los seres que tan amablemente les estaban prestando ayuda. Una noche, a hurtadillas, bajó por las escaleras y espió a los elfos por la rendija de la puerta mientras se divertían y hacían cabriolas. Eran tan graciosos que a Cattie se le escapó una risa que alertó a los ellyllon y escaparon de inmediato para no volver jamás. Pese a esto, Rowlie no volvió a hundirse en la miseria y salió adelante gracias a las fuerzas y prosperidad que le habían asegurado los elfos.
En un cuento de Peterstone, uno de estos elfos se apareció como ayuda ante Rowli Pugh, un granjero al que le seguía la mala suerte: si llegaba alguna plaga al país, sus campos seguro que se verían afectados; su ganado caía enfermo mientras que el de sus vecinos permanecía sano y Cattie, su mujer, siempre estaba mal de salud, por lo que no podía ayudar con el trabajo. Rowli, desesperado, pensó en venderlo todo y marcharse del lugar cuando un ellyll se mostró ante él y le dijo que no se preocupase de nada, que ellos cuidarían de su familia siempre que su mujer se encargara de barrer bien la casa, dejase un fuego y una vela encendidos por la noche y que se fueran pronto a la cama.
La pareja hizo lo que el ellyll les había indicado y cada noche oían risas y alboroto en el piso de abajo, aunque a la mañana siguiente, cuando se levantaban, todo estaba impecable: los animales estaban bien limpios y alimentados y los campos cuidados. Así recuperaron la salud y pudieron vivir prósperamente durante tres años, pero todo acabó cuando Cattie, movida por la curiosidad, quiso ver el aspecto de los seres que tan amablemente les estaban prestando ayuda. Una noche, a hurtadillas, bajó por las escaleras y espió a los elfos por la rendija de la puerta mientras se divertían y hacían cabriolas. Eran tan graciosos que a Cattie se le escapó una risa que alertó a los ellyllon y escaparon de inmediato para no volver jamás. Pese a esto, Rowlie no volvió a hundirse en la miseria y salió adelante gracias a las fuerzas y prosperidad que le habían asegurado los elfos.
Rowli y el Ellyll - Ilustración de T. H. Thomas para British Goblins: Welsh folklore, fairy mythology, legends and traditions |
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