Hombres lobo

Un hombre lobo, también conocido como licántropo (griego: λυκάνθρωπος) es un ser humano con la habilidad sobrenatural de convertirse en lobo, ya sea por voluntad propia o como resultado de una maldición u otro agente externo. Desde un punto de vista médico, algunos casos de licantropía podrían haberse basado en gente que padeciera de hipertricosis, estuviera bajo efectos alucinógenos por haber consumido alimentos de centeno infectados con cornezuelo o que directamente sufrieran de licantropía clínica.

Los mitos europeos registrados más antiguos sobre estas criaturas los podemos encontrar en el mundo clásico, tanto en Grecia como en Roma, y más tarde por todo el folklore del continente con ciertas variaciones según la cultura y a la interpretación que hizo el cristianismo de este mito desde la Edad Media. Desde la época Moderna, las leyendas sobre hombres lobo también se propagaron por el Nuevo Mundo debido a la colonización española y portuguesa.

Según diferentes creencias, los licántropos no sólo podían transformarse en lobo, sino en toda clase de animales, ya fuera voluntariamente, como los brujos o aquellos que podían proyectarse astralmente; o fruto del azar debido a una maldición, tal y como les ocurre a los corredores gallegos, a los tardos portugueses y al lobisome de Sudamérica.

NOMBRES

Entre los muchos nombres que reciben estas criaturas a lo largo de Europa nos topamos con términos como loup-garou y louléerou en Francia; lupo mannaro o uomo lupo en Italia; werewolf (inglés), werwolf (alemán) y weerwolf (neerlandés) en las lenguas germánicas; volkodlak, entre muchas variaciones, en las lenguas eslavas; y finalmente, dentro de la península ibérica: lobisomem en Portugal, lobishome en Galicia y Castilla y León, gizotso en País Vasco, home llobu y llobu meigo en Asturias, lobushome en Extremadura, ome lupo en Aragón y lobo hechizado o hechaízo en Castilla la Mancha y Murcia.

Detalle de Dinner in the open air - Jakub Rozalski

ORIGEN DE LA MALDICIÓN Y MÉTODOS DE TRANSFORMACIÓN

Una persona podía tomar forma de lobo por diversas razones, pero las que se conocen principalmente citan estos motivos: por una maldición, ya fuera divina, por parte de los padres o enviada por un brujo; de nacimiento, si se ha sido el séptimo o noveno hijo varón consecutivo de una pareja, si era fruto del bestialismo o si se ha nacido en Nochebuena. Beber de donde hubiera bebido un lobo o del agua que quedase en la huella dejada por uno de estos animales también podía afectarte de licantropía. A la hora de transformarse, estos malditos sentían el impulso de revolcarse en el suelo donde lo hubiera hecho un lobo o de tirarse a un manantial, tras lo cual se levantaban a cuatro patas convertidos en lobo. En Sudamérica, el lobisome podía pasar su maldición a otra persona si lograba pasar por entre sus piernas. Por último estaban las brujas y brujos que podían adoptar aspecto animal gracias a los pactos que hacían con el Diablo; éste les entregaba un ungüento mágico y una piel o cinto que les permitía transmutarse al ponérselos por encima.

CÓMO MATARLOS O DESENCANTARLOS

En la cultura popular contemporánea se ha extendido la creencia de que los hombres lobo son débiles a la plata y que sólo los puede matar una bala hecha de este material, pero todo esto proviene de la leyenda de la bestia de Gévaudan, que fue abatida por Jean Chastel con unas balas de plata fabricadas a partir de una medalla que tenía grabada la imagen de la Virgen María. En lo que concierne al mito de los licántropos, cierto es que suelen ser inmunes a las balas, pero se les puede herir con armas punzantes como a cualquier otra bestia. Retoman su forma humana cuando se les hace sangrar por una pata o se les amputa por completo. Algunas leyendas especifican que para curarles de su maldición habría que herirles con un puñal tres veces en la frente o en el cuero cabelludo, aunque también bastaría con sacarles tres gotas de sangre pinchándoles con un alfiler. Si el hombre lobo en cuestión se transformaba empleanzo una piel de lobo, bastaba con arrebatársela y quemarla cuando se la quitara en un descuido. En otros mitos, si se descubría la identidad del licántropo y se le reprochaba, también se podía romper su maldición.

OTROS LICÁNTROPOS

Fuera de Europa, la teriantropía también es un mito común, aunque el animal en el que se transforma el humano en cuestión es uno de los principales depredadores de su cultura; así pues, en África tienen al bultungin y al bouda, brujos que se transforman en hiena; el nahual es un brujo o hechicero capaz de adoptar forma animal en la cultura mexicana, mientras que su contraparte norteamericana sería el yee naaldlooshii del pueblo navajo, conocido también como skinwalker o cambiapieles. Finalmente, en Asia, sobre todo en las regiones del noreste de la India, nos encontramos con hombres tigre como los keimi de los pueblos mizo, gangte y kuki o los matchadus del folklore garo.
Transfiguración - Sergey Petrovich Panasenko

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