Dragón

El dragón (latín: draco; griego: δρακων) es una de las bestias mitológicas más conocidas y extendidas por todo el planeta, variando su carácter y simbolismo según el país o región. Se trata de un reptil de gran tamaño al que normalmente se le atribuyen alas, patas y la capacidad de escupir fuego, aunque estas características no siempre están presentes.

La palabra dragón deriva del griego δράκων (drákōn), que podría provenir del verbo δρακεῖν (drakein), «ver claramente», pues se decía de ellos que eran los animales con el más fino sentido de la vista. Por esto solían desempeñar el papel de guardianes de tesoros o lugares sagrados en la mitología griega, como Ladón en el jardín de las Hespérides, el dragón de la Cólquida, que vigilaba el vellocino de oro, el dragón de Ismenos, custodio de una fuente sagrada de Ares, y la Hidra de Lerna, lago donde se encontraba una entrada al inframundo. Los antiguos griegos también contaban con los llamados cetos, término que utilizaban para referirse a monstruos marinos, ya fueran ballenas, tiburones o grandes serpientes. Dado a su papel de guardianes, aparecían en algunas representaciones a los pies de alguna doncella o de Palas Atenea para representar la vigilancia y cuidado que se debía tener con la virginidad.

Los naturalistas de la Antigüedad se encargaron de recopilar las historias que había sobre dragones junto a la de otros muchos animales, ya fueran reales o fantásticos; y más tarde pasarían a formar parte de los bestiarios medievales, donde eran catalogados como las más grandes de las serpientes y de las criaturas que hay sobre la tierra.

Estas criaturas legendarias habitan en las tórridas regiones de Etiopía y la India, tienen cresta y barbas, además de que están dotadas de alas que les sirven para volar. El peligro de los dragones radica más en su cola que en su mordedura, ya que matan a sus presas asfixiándolas o golpeándolas con ella. Tienen la boca estrecha y se discute sobre si están provistos de veneno; algunos dicen que no, mientras que otros afirman que el que tienen proviene del de hierbas venenosas que mastican antes de morder o de comer otras serpientes y escorpiones. También era creencia popular que una serpiente sólo se podía convertir en dragón si crecía alimentándose a base de otras serpientes, así lo recoge el Tesoro de la lengua castellana o española como una metáfora de que para ser emperador del mundo primero se debía eliminar al resto de reyes y príncipes.

Dragón devorando una serpiente
Dévises héroiqves et emblèmes
Dragón a los pies de Atenea
Emblemas de Alciato
En su interior hay un veneno tan ardiente que por eso se les ve exhalar fuego al respirar; debido a esto, y a las calurosas zonas donde habitan, se ven siempre sedientos y buscan cómo sofocar el calor que sufren. Son acérrimos enemigos de los elefantes, a los que atacan para beber su fría sangre y refrescarse con ella. Cuando los elefantes van a beber agua, los dragones los acechan desde los árboles, les anudan las patas con sus colas y les atacan en las partes sensibles, como en los ojos, las orejas o la trompa. Cuando muere el elefante, cae desplomado al suelo y aplasta con su peso al dragón. Al mezclarse en la tierra la sangre de los dos animales se crea el mineral conocido como cinabrio, de un vivo color rojizo.

Otro mineral procedente de los dragones era la gema conocida, entre otros nombres, como draconita, muy bella y codiciada entre los reyes de oriente. Esta piedra preciosa se formaba en el cerebro de los dragones, pero sólo se podía extraer si el animal estaba vivo. Con el fin de conseguirla, los cazadores de dragones esparcían hierbas narcóticas cerca de la guarida del reptil, lo decapitaban cuando caía dormido y extraían la piedra con rapidez. Esta gema no podía ser pulida ni trabajada, era bella de por sí, blanca, brillante y translúcida, además de que contaba con poderes mágicos, pudiendo otorgar la invisibilidad si se engastaba en un anillo como el de Giges.

Dragón atacando a un elefante en De Warachtighe Fabulen der Dieren - Marcus Gheeraerts el Joven
En el cristianismo, tanto la serpiente como el dragón pasaron a ser un símbolo que representaba al Demonio o el pecado; por eso, cuando se ilustra al arcángel Miguel triunfante sobre Satán, éste a veces aparece con la forma de un dragón. Del mismo modo se representa el triunfo del bien contra el mal en la leyenda de San Jorge. Dice el Fisiólogo, una obra moralizante, que los dragones temen a la pantera (Jesucristo), una bestia que, tras comer y dormir durante tres días, sale de su cueva y ruge, y su aliento es tan dulce y agradable que atrae a todos los animales salvo al dragón (el Diablo), que al oírlo huye y se oculta en su cueva. En el mismo texto aparece el árbol Peridexion, que representa el cobijo que ofrece el cristianismo y la Iglesia. En esta planta se posan las palomas (los creyentes) para estar a salvo de los dragones que las acechan al pie del árbol, pues temen su sombra.

Estos seres no fueron siempre representados como criaturas malévolas, en las culturas pre-cristianas, como en el folclore galés, se pueden encontrar dragones favorables al hombre, como Y Ddraig Goch, el Dragón Rojo de Gales, que derrotó a otro dragón blanco de naturaleza maligna, convirtiéndose así en símbolo de Gales. Fuera de Europa, los dragones asiáticos eran considerados seres divinos relacionados con las lluvias y la fertilidad.

Una cualidad mágica que ofrecen los dragones es que aquel que coma de su corazón podrá entender a los animales tal y como decía Filóstrato de Atenas en su Vida de Apolonio de Tiana. Esta misma cualidad también aparece en la mitología nórdica. En Los dichos de Regin, los enanos Fafnir y Regin mataron a su padre Hreidmar movidos por la avaricia causada por el anillo maldito Andvarinaut, corrompiendo de tal forma a Fafnir que llegó a convertirse en dragón para guardar el tesoro por el que mató a su padre. Cuando Sígurd mató a Fafnir en Los dichos de Fafnir, su piel se volvió invulnerable a cualquier arma al bañarse en su sangre, y consiguió el don de hablar con las aves al asar y probar un poco de su corazón:
«Sígurd tomó el corazón de Fáfnir y lo puso a asar pinchado en una rama. Cuando ya le parecía que estaba bien asado y la sangre salía del corazón, entonces lo tocó con el dedo para ver si estaba tierno. Se quemó entonces y se metió el dedo en la boca. Pero así que la sangre del corazón de Fáfnir le tocó la lengua, aprendió el lenguaje de los pájaros. Oyó a unos herrerillos que piaban en unas ramas...».
Muchas historias cuentan que el punto débil de los dragones era su garganta o estómago que, a diferencia del resto de su cuerpo, no estaban blindados con escamas. Así, Wiglaf logra perforar el estómago del dragón que aparece en la leyenda de Beowulf. También se les puede dar muerte haciéndoles comer algo que no puedan digerir, como agujas, brasas, piedras calientes, pólvora u otros materiales incandescentes. Envolviendo estos materiales en pieles de toro o cordero se logró engañar al Herensuge vasco, dragón de siete cabezas, a algunos cuélebres de la mitología asturiana y al lagarto de la Malena de Jaén, que al tragarse dichas pieles perecieron del mismo modo que murió la Quimera al tragarse el plomo que Belerofonte introdujo en su garganta.

A partir del siglo XVII surgió el término guiverno (inglés: wyvern) en Reino Unido e Irlanda para referirse a un dragón alado de dos patas en heráldica. Actualmente, videojuegos y diversas obras de fantasía han marcado una fuerte diferencia entre guivernos y dragones, teniendo estos últimos alas y cuatro patas, aunque antiguamente no había diferencias y un dragón podía no tener patas o poseer dos o cuatro. Es más, esta distinción entre dragones y guivernos sólo se da en la heráldica de Inglaterra, Escocia e Irlanda, mientras que en la del resto de Europa el término dragón engloba a ambas criaturas independientemente de las patas con las que aparezcan.


Fuentes y textos originales

San Jorge y el dragón - Briton Rivière

1 comentario :

  1. No te haces una idea de lo mucho que me está ayudando esto para el worbu, en serio. Muchas gracias por tu trabajo y dedicación �� voy a ver si tengo dineros y puedo dejarte un café o dos en kofi ��

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